Expedientes ALFA - OMEGA

Misterio e intriga de principio a fin... curiosidades, hechos bizarros e increibles, lo "paranormal": todo lo diferente a la cotidianeidad tiene lugar en esta bitacora de fenomenos e interrogantes de dificil respuesta... porque ¡aún no hemos perdido la capacidad de asombro!

domingo, abril 04, 2004

No entiendo el terrorismo. No lo comprendo. Aunque el autor se califique como filósofo (realmente mediocre si debemos ser justos) no se puede negar la facilidad conque se lee su obra, y la claridad de alguna de sus ideas.

"...ENTREVISTA EXCLUSIVA: FERNANDO SAVATER

El terror está entre nosotros

En una entrevista en Madrid, el filósofo español Fernando Savater habló de los males que aquejan al planeta. El terrorismo, la vulnerabilidad de las ciudades, la manipulación de las ideas y el libro que presentará aquí.

Juan Carlos Algarañáz. Corresponsal de "Clarín" en Madrid.

En su último libro, titulado Los Diez Mandamientos en el Siglo XXI, Fernando Savater increpa a Dios con gracia y con talento. A la manera del atribulado Tevye, el protagonista del célebre musical El violinista en el tejado de Scholem Aleijem, Savater guiña un ojo al lector mientras interroga al Supremo. Y Yahvé escucha en silencio las acusaciones del señor Savater: "Este es el mandamiento que menos vamos a discutir —se lee al comienzo del capítulo quinto—. Nadie rechaza este mandamiento: no matarás. Es imprescindible y necesario, pero reconoce que estamos frente a una gran contradicción. En tu nombre se ha matado más que en el de los demás dioses... Perdón, perdón, no te enfades, ya sabemos que no hay más dioses que tú y que los demás son falsos".

Los Diez Mandamientos en el Siglo XXI, que será presentado por su autor en la próxima Feria del Libro porteña, surgió de un programa de la TV española, Savater 10M, un talk show en el cual los invitados debatían sobre temas divinos, ideado y conducido por el propio filósofo.

- —¿Cree que se puede hacer filosofía por TV? ¿En qué medida la TV puede colaborar con la tarea filosófica?

- —Bueno, hombre, "filosofía" no sé si es una palabra muy grandilocuente... Yo creo que la televisión puede hacer cultura, puede hacer debates interesantes, y mantener un nivel no ya de mera información sino también de reflexión sobre temas históricos, morales y demás. Creo que en este sentido es importante lo que pueda ofrecer la TV.

- —¿Cómo pueden los medios audiovisuales, en estos tiempos vertiginosos de zapping, ser vehículos para la reflexión?

- —Eso es lo que hay que intentar: atraer a la persona que está haciendo zapping para que se quede en el momento en que uno esté hablando o polemizando. Es verdad también que hay una competencia muy grande pero, en fin, así como cuando hay una final de la Liga de fútbol la gente no hace zapping sino que se queda mirando el partido, del mismo modo hay que intentar que al menos cierta gente se interese por programas que tienen otro nivel de contenidos.

Los seis sabios

El escándalo de la manipulación de los medios de comunicación sacudió el final del gobierno de José María Aznar. El socialista José Luis Rodríguez Zapatero, que desde el 17 de abril será presidente del nuevo gobierno, decidió hacer frente a la crisis de confianza creando un Consejo Independiente para la Reforma de los medios públicos de comunicación. Este Consejo estará integrado por seis "sabios" de intachable prestigio. Entre ellos figura Fernando Savater, catedrático en la Universidad Complutense de Madrid, quién tiene la responsabilidad de estudiar el problema y presentar una propuesta en seis meses que el gobierno socialista va a presentar como suya ante el parlamento. Un compromiso formidable para Savater porque Rodríguez Zapatero ha dicho que aceptará en bloque lo que los "sabios" propongan.

- —¿Teniendo en cuenta que todos los gobiernos han manipulado la radio y la televisión, qué reformas piensa plantear?

- —La televisión siempre ha sido utilizada por los gobiernos. Lo han hecho todos. Las enormes sumas de dinero que se gastan en los medios públicos, sobre todo en la TV, deben utilizarse con una visión de interés público no sectario ni partidista. En España hay muchos medios de comunicación que contrarrestan en muchos casos a los públicos que, por suerte, no son tan hipnóticos como para decidir por completo la conducta de los ciudadanos. El peligro es que no haya verdaderos debates en TV, que no haya discusiones sobre cuestiones de interés con diferentes personalidades informadas y plurales. Que no existan auténticos programas culturales. Que la TV pública no compita con las otras emisoras por la televisión basura. Ese problema cultural y de formación cívica es el más grave.

- —La manipulación es tan grande que al final no se les cree a los medios públicos...

- —Exactamente. Hay un momento en que el descrédito hace que no se le crean al ministro o al jefe de policía. La TV y la radio pueden ser elementos de redistribución de bienes culturales. De información, educación, para que se pueda acceder a bienes culturales, artísticos. Esto es importante y es una de las funciones que debería rescatarse. Recuerdo un responsable de la BBC de Londres al que se le pregunto si los programas que emitían le gustaban al público y respondió que no producían lo que quieren ver sino lo que el público debe ver.

- —Pero, puede producirse un rechazo del gran público, de la sacrosanta audiencia, a esos niveles de calidad.

- —Muchas veces el supuesto rechazo de la gente ante bienes culturales es porque llegan a horas indebidas o son insoportables. Francia y Gran Bretaña tienen una tradición de utilización inteligente y cívica de los medios públicos de información y en España no existe ninguna imposibilidad para que ocurra lo mismo.

- —Existe un contraste singular en España entre un fuerte aumento de la educación, de la oferta cultural de todo tipo, de una demanda creciente de bienes culturales de calidad y el éxito de audiencia, niveles asombrosos de envilecimiento, de lo que se llama la televisión basura. ¿Cómo lo explica?

- —Si a la gente se la priva de cultura, de razonamiento, de arte, de buena música, la sociedad se va encanallando. Lo mismo que una persona que abandona la cultura y se embrutece. La cultura no es una especie de adorno gratuito: es un elemento clave de humanización. La filosofía, la conversación, la música, el arte, la literatura son mecanismos fundamentales de humanización. Si los vas quitando se va produciendo un empobrecimiento que termina en una especie de chimpancé tecnológico, que son los espectadores de estas cosas. Afortunadamente, hay otras vías culturales. En España, hay un gran aumento de la oferta cultural y de la educación, que coexiste con la abyección de que hablamos. Si los medios potenciaran esa oferta cultural, ese fenómeno indudablemente se consolidaría. Esta realidad contrasta con que al ver muchos programas crees que estás viviendo en un zoológico. Es un contraste absurdo.

- —Acabamos de vivir, con una conmoción extraordinaria, los cuatro días que conmovieron a España. Primero los atentados, espantosos, y poco después un cambio político inesperado en las urnas que ha dado vuelta la situación española.

- —Un aspecto que me parece muy importante es que los españoles han vivido la tragedia cercana de lo que sucedió con los inmigrantes. Es conmovedor que esos trenes iban llenos de gente de todas partes: rumanos, ecuatorianos. Es la verdad de nuestra sociedad moderna, plural, frente a todos los integrismos de los nacionalismos. Nos enfrentamos a uno de esos extremos de nuestra modernidad que es el terrorismo a gran escala, masivo e indiscriminado, al que no estabamos acostumbrados. Estamos frente a unas redes criminales que van más allá de lo ideológico. Tienen una especie de fanatismo mezcla de religión y conversión de la religión en ideología política. No tienen límite ninguno porque no responden a planteamientos políticos reconocibles. Un grupo terrorista tiene que intentar considerar límites no por escrúpulo moral sino para no distanciarse de quienes lo sustentan.

- —Es un terrorismo vengativo, con un público diferente.

- —Un público que detesta a Occidente. Un terrorismo que parece decir "no disfrutaréis de vuestra prosperidad, de vuestra tranquilidad". Y por lo tanto, lo impactante no es que muera éste o el otro sino destrozar la normalidad. A eso va a haber que enfrentarse. Esto pasó en Nueva York, Balí, Turquía. Y le quita un poco de peso a la idea ingenua de que la culpa de los atentados lo tiene Irak. Muchos de estos lugares no tenían nada que ver con la guerra de Irak. Lo que hay es una campaña contra un modelo de democracia occidental, un modelo económico. Es una realidad terrorista que no se puede resolver con el mecanismo simplista de bombardear a un país.

Las manipulaciones

- —¿Cree que el resultado de las elecciones fue producto de la manipulación de la información durante los atentados?

- —Luego de los atentados, y de cara a las elecciones, la gente revivió el fantasma de la guerra de Irak. Sin mucha razón, probablemente. Se intenta presentar como lógica la vinculación entre la guerra de Irak y los atentados los terroristas pero no lo es. La campaña del terrorismo es anterior a la guerra. Seguirán con los atentados aunque termine la guerra.

- —Estos ataques crean una penosa sensación de vulnerabilidad.

- —Es que nuestras sociedades son muy vulnerables de por sí. Nos juntamos en recintos cerrados, verdaderas ratoneras, lo que facilita el objetivo del terrorista de provocar ataques indiscriminados. Cuando las sociedades se van haciendo más complejas se hacen más vulnerables. Dependemos de instrumentos técnicos que, si desaparecen, nos crean situaciones graves. Son sociedades ricas en servicios esenciales como la electricidad, el agua, los transportes, que son vulnerables.

- —Volviendo a su libro sobre las tablas de Moisés ¿por qué, en esta era de globalización, se aceptaría la validez universal de leyes que nacieron para una sociedad específica?
- —Deberían tener esa validez universal. Nosotros luchamos por que los derechos humanos y una serie de principios como ellos valgan para toda la humanidad. Ojalá hubiera en algún momento algunos principios fundamentales, una Constitución Universal que tuviera en los derechos humanos el embrión y que todo el mundo pudiera acogerse a ella. Ojalá existiera. Hoy vivimos en un mundo en el cual el asesinato y la explotación resultan malos en algunos países y en otros, en cambio, son abiertamente practicados a la luz del día. Lo perfecto sería que lográsemos unos principios válidos en todo el planeta y no solamente en algunas regiones afortunadas.

- —Estaba pensando en que la universalidad del "No Matarás" es limitada por quienes justifican la lucha armada.

- —A lo largo de los siglos ha habido una cantidad de justificaciones para invalidar este principio. No Matarás es una piadosa afirmación pero en el propio mandamiento hay excepciones: No Matarás a quien no debes, No Matarás cuando no debes y demás. Desgraciadamente no ha sido un mandamiento sin ningún tipo de excepción, sino todo lo contrario. En realidad, hay buenas razones para evitar el asesinato y el crimen sin necesidad de fundarse en razones teológicas.

- —¿Los Mandamientos fueron tratados por televisión en el mismo orden en el que aparecen en el libro?

- —No, porque como teníanos muchos invitados al programa, muchas personas que tenían que intervenir, pues lo hacíamos un poco supeditados a la persona que estaba disponible en cada momento. Si iba a venir a tal hora una persona a hablar del cuarto Mandamiento, pues hacíamos el cuarto y luego el dos. Por otra parte, los Mandamientos son un acuñamiento de disposiciones que han surgido en sociedades determinadas y a nosotros nos llegan ya tamizados por nuestra propia experiencia histórica. Nosotros tenemos nuestro propio camino histórico y por eso reinterpretamos los mandamientos de manera que sorprendería enormemente a quienes los acuñaron en su momento.

Otras disquisiciones

- —¿Qué lugar le daría usted, en su propia tabla, al Mandamiento "No desearás a la mujer de tu prójimo"?

- —Bueno, creo que si la mujer del prójimo puede estar muy deseosa de que la deseen, entonces no cometería la descortesía de obligar a todo el mundo a no desearla, cuando puede llegar a ser una cosa muy halagadora.

- —El próximo presidente José Luis Rodríguez Zapatero dice que intentará concretar una visión laica, tolerante y progresista de la sociedad española. ¿Cómo evalúa esta perspectiva?

- —Es positivo que se alivie la impronta excesiva de lo eclesial, lo conservador, sobre la sociedad española. Que empiece a haber una sintonía mayor entre las disposiciones legales y lo que la mayor parte de la sociedad ve como asumible. Pero, todo tiene que ser sometido a un proceso crítico. Me refiero a la idea de que cualquier cosa que pida un grupo más o menos radical sea progresista. Cualquier cosa que vaya contra disposiciones tradicionales —que se fabriquen niños sin padre o sin madre porque satisface a una pareja— no me parece progreso alguno. Hay principios que nos urge mucho defender. Los fascismos y totalitarismos también surgieron como transgresiones a principios aceptados, pero no es necesario inventar prejuicios nuevos como que los nacionalismos como el catalán o el vasco son progresistas: han sido reaccionarios en todas partes.

- —¿Cómo enfrenta la sociedad española estos temas? El del progresismo, por ejemplo.
- —El clima ultraconservador que se había dado en los últimos años no corresponde a la sociedad española y hay que intentar difuminarlo, pero el pensamiento progresista no consiste en que pase todo sino discriminar aquello que verdaderamente significa una emancipación, un progreso social de lo que se supone es un sojuzgamiento de nuevo corte.

- —Ultimamente se ha puesto de moda invocar a la filosofía en auxilio de los problemas de la vida cotidiana. ¿Puede la filosofía ser una consolación, como decía el filósofo y teólogo latino Severino Boecio?

- —No, no creo que pueda ser una consolación pero puede ayudarnos a convivir racionalmente con nuestras perplejidades. Creo que todos tenemos la obligación, en cuanto somos seres pensantes, de reflexionar sobre lo real y lo real hoy, por desgracia, cuenta entre uno de sus ingredientes importantes con el terrorismo, la presencia de crímenes organizados. Sobre eso hay que reflexionar pero no solamente deben hacerlo los que son los filósofos —digamos— oficiales. Todos los seres humanos en el mundo tenemos que intentar reflexionar sobre estos nuevos tiempos en que el terrorismo masivo está alcanzando unas cuotas tan grandes y tan amenazantes. La filosofía no es una consolación; es la capacidad que tenemos de intentar plantearnos ese tipo de preguntas esenciales que no esperamos nunca resolver definitivamente, pero con las cuales tenemos que convivir y queremos convivir con ellas de una manera racional.

Savater básico

SAN SEBASTIAN, 1947. FILOSOFO

Más allá de su trayectoria como profesor de filosofía —enseñó en la Universidad Autónoma de Madrid hasta que fue expulsado por razones políticas en 1971; luego en la Universidad del País Vasco y hoy en la Complutense de Madrid—, es reconocido por su notable tarea de divulgación filosófica en lengua española. Sus libros Etica para Amador y Política para Amador —títulos inspirados en la Etica a Nicómaco, de Aristóteles— y El Contenido de la Felicidad tuvieron gran éxito por su lenguaje accesible y didáctico y por su contenido ameno y sustancial. Su sostenido compromiso político —en movimientos contra la violencia, en la iniciativa ciudadana Basta Ya— se concentra hoy en la lucha contra ETA. Bajo amenazas de esa organización terrorista escribió el ensayo El Valor de Elegir, dedicado a una de las víctimas de ETA.

Así escribe

Séptimo Mandamiento: No robarás.

El robo está siempre asociado a la idea del padre. Desde los primeros tiempos, cuando un hombre primitivo vio que uno de sus congéneres salía a cazar, no con las manos, sino con un garrote, allí descubrió que ese elemento tenía varias propiedades además de matar. Y no se le ocurrió confeccionar otro, sino que se lo robó al dueño en un descuido, y lo transformó en un elemento de poder en sus manos. Pero, como en todo, existen los matices, que han variado con el correr de los siglos. Recuerdo la primera vez que llegué a la preciosa ciudad italiana de Ferrara, llena de villas delicadas y maravillosas. En el Renacimiento tenía menos del uno por ciento de analfabetismo. Era una ciudad culta. En medio de tanta belleza está el castillo de la familia Este, que es como el de Blanca Nieves, cerrado, amurallado, donde vivían quienes mandaban allí, unos personajes shakesperianos o de Mario Puzzo, el creador de El Padrino. Eran crueles, asesinos, se mataban unos a otros. Sin embargo, emplearon sus depredaciones para la promoción artística y en alfabetizar a la población. Es curioso cómo dentro de esa brutalidad tenían una idea de alguna manera estética del dinero, mientras hoy se lo quema en las fiestas marbellíes o cosas por el estilo.

El robo está entre nosotros

El séptimo mandamiento se refería originalmente a no robar almas, personas. Luego su significado se amplió: no expoliarás, no desvalijarás, no abusarás de la credulidad o la ingenuidad de tu prójimo para quitarle lo que lo beneficia de forma legítima. También surge la pregunta sobre si puede haber robos justificados por la necesidad o por otros robos anteriores de los que uno ha sido víctima y lo han dejado en situación de indefensión. Los Estados también se caracterizan por no cumplir con la séptima ley de Moisés cuando sustraen buena parte de sus ganancias a los contribuyentes y no lo revierten en beneficios para la sociedad. Finalmente, el robo de las ideas es una acción mucho más sutil que el sustraer objetos físicos, como también ocurre con los fraudes especulativos y financieros. Se trata de un mandamiento que abarca todos los campos relacionado con la moral de las sociedades y los individuos ya que muchas veces tan sólo una delgada línea separa al robo de lo que no lo es.


De "Los Diez Mandamientos en el Siglo XXI".


Otros textos de Savater



El gran fraude. Sobre terrorismo, nacionalismo y ¿progresismo? El País Aguilar, 2004-
El valor de elegir. Ariel-
Mira por dónde. Autobiografía razonada. Taurus-
El juego de los caballos. Ediciones Siruela, 2003-
El jardín de las dudas. Planeta, 2003-
Palabras cruzadas. Una invitación a la filosofía. Pretextos, 2002-
Pensamientos arriesgados. La esfera de los libros-
Perdonen las molestias. Suma de letras, 2002-
El contenido de la felicidad. El País Aguilar, 2002-
Etica para Amador. Ariel-
Las razones del antimilitarismo y otras razones. Anagrama, 1999-
Las preguntas de la vida. Ariel, 1999-
Apología del Sofista. Taurus, 1997-..."

Tomado de: Revista Ñ, Clarín.
 
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