Expedientes ALFA - OMEGA

Misterio e intriga de principio a fin... curiosidades, hechos bizarros e increibles, lo "paranormal": todo lo diferente a la cotidianeidad tiene lugar en esta bitacora de fenomenos e interrogantes de dificil respuesta... porque ¡aún no hemos perdido la capacidad de asombro!

domingo, julio 18, 2004

Patoruzito volvió en 4x4

Uno de los personajes de mi infancia regresa vía pantalla grande, con recursos actuales como escenarios digitales... pero nunca imaginé que su nacimiento se produjo el mismo año que el del ratón Mickey!
 
"...COMO SE GESTO EL MITICO INDIECITO
 
Patoruzito volvió en 4 x 4
 
Las Correrías de Patoruzito empezaron en´1945. Y, desde entonces, cada mes, se publica una nueva historia del indiecito tehuelche, el entrañable personaje creado por el dibujante Dante Quinterno. Ahora, el pequeño cacique llegó al cine. Y no le asusta competir con películas como El hombre araña o Sherk.

Marina Artusa.
martusa@clarin.com
 
En casa había que portarse como Patoruzito", dice el hombre que nació del mismo padre que el indiecito tehuelche apenas un mes antes que él, en 1945. Para Walter Quinterno, Patoruzito "era como un hermano más" en el que su papá, el dibujante Dante Quinterno, había encarnado la nobleza y rectitud que pretendía hacer germinar en sus lectores.
 
Martes y jueves, los Quinterno recibían en su casa de Libertador y Coronel Díaz las Andanzas de Patoruzú, las Correrías de Patoruzito y las Locuras de Isidoro que, en sus décadas doradas -años 40, 50 y 60- alcanzaron tiradas de 300.000 ejemplares.
 
Los Quinterno junior -Dante, Walter y Mónica- se devoraban las historietas creadas por un papá tan custodio de su celo profesional que jamás les adelantó un capítulo, ni siquiera apelando al off the record familiar. En los años 60, Patoruzito dejó de ser semanal para convertirse en una historieta mensual que aún hoy se sigue publicando.
 
"Actualmente andamos por los 65.000 ejemplares y las historias se repiten cada siete, ocho años, teniendo en cuenta que las generaciones van cambiando", aclara Quinterno, presidente de Los Tehuelches, la sociedad anónima que maneja los negocios de la editorial fundada por su padre.
 
"La aparición del Patoruzú de Oro anunciaba el fin de año, la Navidad, las vacaciones, el pan dulce y los cuetes -recordó hace unos años Roberto Fontanarrosa-. Ya más tarde, de grande, pretenciosamente crítico, estudié el dibujo de Patoruzú y descubrí que era un dibujo bárbaro, expresivo, dinámico, vital. Pienso (y no creo descubrir nada con esto) que es el gran héroe argentino de la historieta.
 
" Periódicamente, las historietas de Patoruzito se reciclan, se aggiornan e incorporan vocabulario actual como el que se emplea en la película que se acaba de estrenar. Patoruzito está en los cines desde el 8 de julio, costó tres millones de pesos y ya se vendió a Rusia, Italia, España y Uruguay. "La película arranca con Patoruzito bebé y remonta sus orígenes -cuenta Quinterno hijo-. Simpre le da importancia a sus ancestros, los respeta mucho y es de allí de donde saca su fuerza interior."
 
 ¿Por qué una película con Patoruzito y no con Patoruzú?
 
Se decidió empezar con un target infantil y no olvidemos que Patoruzú tiene un público más grande. Los chicos son un mercado virgen, los padres y abuelos los van a llevar. No le temo a la competencia de películas como El hombre araña 2 o Shrek 2 porque Patoruzito es un personaje que está en el corazón de muchísimos argentinos. Tengo mucha confianza en que es un producto tan noble, tan argentino y hay tanta sed de revalorizar nuestras raíces, que los padres y abuelos van a llevar a sus chicos.
 
Te llegó la hora
 
En la versión para pantalla grande, a Patoruzito le ha llegado la hora de convertirse en cacique de los tehuelches, tarea que no le será del todo sencilla. Pero la iniciativa de llevar un personaje de las historietas de Quinterno al cine tiene antecedentes: un miembro de la familia de Patoruzú debutó en cine de la mano del mismísimo Dante Quinterno en un corto que duraba 12 minutos. Se llamó Upa en apuros, lo protagonizaban el cacique y su hermano menor y se proyectó en 1942 durante el estreno de La guerra gaucha en el cine Ambassador.
 
En realidad, el gaucho indio con nombre de pastilla de orozú -golosina típica de la época parecida a los caramelos Media horase bajó por primera vez de un tren que venía de la Patagonia en 1928. Era un personaje secundario de la historieta Aventuras de Don Gil Contento que Quinterno publicaba en el diario Crítica. Allí, a pesar de que el indio era un hombre de fortuna, le enseñaban cómo se encendía la luz eléctrica, que la sopa se tomaba con cuchara y que en Buenos Aires circulaban taxis y colectivos.
 
El indio que en su origen había sido bautizado con un nombre difícil de pronunciar -¿acaso Quinterno era capaz de decir en voz alta Curugua Curiguagüita?pasó a retiro con ese debut y despedida hasta dos meses después, cuando reapareció en la tira Julián de Monte Pío -que con el tiempo sería Isidoro Cañones- en el diario La Razón. Y fue tal la adicción a Patoruzú que el 5 de agosto de 1931 la historieta fue rebautizada con su nombre. El 12 de noviembre de 1936 apareció el primer número del mensuario Patoruzú que no duró ni 24 horas en los quioscos. Se agotó en el día.
 
"Patoruzú traspone las fronteras de lo humano para transformarse en un símbolo del Bien -lo había definido su autor en una especie de decálogo que entregaba a los guionistas y dibujantes que colaboraban con él-. Es el hombre perfecto, dentro de la imperfección humana, o sea que configura el ser ideal que todos quisiéramos ser. La bondad de este indio noble puede alcanzar límites insospechados, pero no confundamos su credulidad y su ingenuidad con la necedad del lelo."
 
A los 25 años, el autor de Patoruzú había montado su propia empresa donde dibujarían, entre otros nombres, Guillermo Roux, José Luis Salinas, Eduardo Ferro, Faruk y Blotta. Quinterno, que murió a los 93 años en mayo del año pasado, era de perfil tan bajo que el último reportaje lo había dado en 1931.
 
Ahí habló de su creación: "Encontré a Patoruzú después de haber estudiado la psicología de los indios que sobreviven en el país, y me interesó especialmente el más bonachón e ingenuo." Cuando cumplió los 90 accedió a responder por escrito un cuestionario que Clarín le envió a su editorial. En esa oportunidad, el hombre aseguró que Patoruzú era el personaje que habían salido de su cabeza con el que más se identificaba. "Fue mi expresión más lograda de dibujo y perfil psicológico. Es la auténtica personificación del valor y en él se conjugan todas las virtudes inacalcanzables para el común de los mortales", dijo su autor. Según lo pensó Quinterno, los orígenes de Patoruzú se empiezan a tejer en Egipto, donde un joven faraón, Patoruzek I, se enamoró de la princesa de Napata, Patora la Tuerta, llamada así por un tic que acosaba a su ojo izquierdo. Cuenta la leyenda que el primogénito del faraón, Patoruzek II, se perdió con su nave durante una crecida del río Nilo y vino a parar a la Patagonia. De él nació Patoruzú I, padre de nuestro héroe y de sus hermanos, Upa y Patora. "Sus dibujos tenían una fuerza especial que salía de adentro y él volcaba su espíritu en sus personajes -cree Walter Quinterno-. No es habitual que un personaje perdure desde el año 28 hasta la fecha. Quiere decir que algo debe tener. Para mí es un fuego sagrado, algo que tenía mi padre y que no se aprende en ningún lado."
 
"¿Qué tienen sus personajes para haber perdurado en el tiempo?", le preguntaron por escrito en aquella ocasión al padre de Patoruzito. "Las características universales inherentes al ser humano. Son personajes tomados de la vida real, con sus defectos y virtudes. Que producen la sonrisa física y la ternura", respondió Quinterno.
 
Heredarás un dedo gordo
 
Patoruzú heredó de la dinastía de los Patoruzek el dedo gordo del pie respingado, sus puños son su principal arma -aunque jamás los pone en acción con quienes no están a su altura- y es capaz de provocar vendavales con la fuerza de sus pulmones. Su nariz poco agraciada le permite rastrear como un perro de caza y es raro que apele a las boleadoras que le cuelgan de la cintura. Como cacique, debería llevar tresplumas pero en memoria de su padre sólo lleva una.
 
"Mi padre era tan exigente y estaba tan encima de cada una de sus creaciones, que posiblemente por eso haya preferido no hacer cosas como dibujos animados, televisión y miles de proyectos que podría haber concretado", dice Quinterno hijo. Su padre estaba en los detalles físicos y psicológicos de su personaje: "Cuando lo requiera la exigencia argumental, Patoruzú se revelará ante el lector como permeable al atractivo femenino y, si su impulso es conducirse de acuerdo a su sexo, su complejo de fealdad física y su pudor ante el sexo opuesto le impondrán cierto freno a sus exteriorizaciones amorosas lo que, bien manejado, puede dar lugar a incidencias humorísticas. Estas situaciones deberán ser tratadas por el guionista con tacto y buen gusto", explicaba Quinterno a sus colaboradores.
 
Algo de Patoruzú
 
"Mi padre tenía algo de Patoruzú. Era muy recto, tenía un código de valores muy estricto y era muy exigente con nosotros", dice Walter, que aún recuerda el revuelo que armó don Dante aquel día, tipo 10 de la mañana, cuando lo sorprendió aún en la cama después de una trasnochada en Mau Mau. "Todos tenemos nuestra parte de Patoruzú y nuestra parte de Isidoro", justifica el hombre que reconoce, de chico, haberse sentido más cerca de las travesuras de Isidorito.
 
"Una vez mi hermano encontró dinero y mi padre lo obligó a dejarlo donde lo había encontrado porque no era de él", agrega. ¿Una anécdota más? Una temporada los Quinterno estaban en Mar del Plata y Walter, el del medio, andaba por los diez años. A la salida del cine Opera se le escapó un "pero carajo" con tanta mala suerte que fue a parar a oídos de su padre. El enojo fue importante. "Pero papá, si Patoruzú siempre dice carajo", buscó refugio el chico. "Canejo, m´ hijo, Patoruzú dice canejo, nunca carajo", retrucó su padre. ?
 
 
Upa, fuente de inspiración

"Patoruzú nació en el mismo año en el que Mickey Mouse apareció en los Estados Unidos, con la diferencia de que uno nació en el sur y el otro nació en el norte", dice Walter Quinterno, hijo del autor del personaje de historieta, lamentando que a nosotros nos llegó el Mickey Mouse norteamericano pero ellos no tuvieron ni noticias de nuestro Patoruzú patagónico.
 
El indio tehuelche tuvo, sin embargo, una influencia que superó fronteras. Parece que René Gosciny se inspiró en Upa para los dibujos de Asterix y Obelix. "No me consta directamente, pero he leído que Patoruzú como personaje fue fuente de inspiración para Asterix -comenta Quinterno hijo-. Parece que el creador de Asterix vino con sus padres de chico y vivió en el barrio de Belgrano, donde conoció a Patoruzú, y cuando regresó a Francia creó un personaje con mucha similitud a Upa."
 

Amigos y enemigos del cacique

Con música de Los Nocheros, León Gieco y La Mosca, la animación de la película se realizó dibujando a mano, cuadro por cuadro, cada movimiento de los personajes que luego se combinaron con escenas en tres dimensiones elaboradas con tecnología digital. El Patoruzito de celuloide no está solo. Lo acompañan Isidorito, íntimo amigo con quien sólo comparte su espíritu aventurero, la Chacha -esa nodriza que, a base de empanadas, acompaña su crecimiento-, Ñancul, el bonachón capataz de la estancia que, junto con la Chacha, vela por Patoruzito, y el coronel Cañones -tío de Isidorito y amigo de la familia Patoruzek-.
 
Encargados de complicarle la vida a Patoruzito están el malvado Mr. Ferguson, que se hará pasar por arqueólogo para recuperar un medallón mágico, y Cachicho, un indiecito tehuelche que jugará sucio con tal de que Patoruzito no sea cacique..."
 
Tomado de:  Clarín.
 
 
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