Expedientes ALFA - OMEGA

Misterio e intriga de principio a fin... curiosidades, hechos bizarros e increibles, lo "paranormal": todo lo diferente a la cotidianeidad tiene lugar en esta bitacora de fenomenos e interrogantes de dificil respuesta... porque ¡aún no hemos perdido la capacidad de asombro!

miércoles, diciembre 24, 2003

Hoy es Nochebuena y mañana Navidad. Dejaremos de lado - por ahora - los hechos obscuros, truculentos, pero no el misterio. ¿Qué hay tras el Nacimiento de Jesús?

"...NAVIDAD 2003: ORIGENES REALES Y FANTASTICOS DE LAS FIESTAS

Mitos y verdades que rodean la celebración de la Navidad

Jesús no nació un 25 de diciembre ni tenía 33 años cuando fue crucificado, o al menos nadie lo sabe. Los reyes eran sólo "magos", y no está claro si eran tres. Tampoco tenían nombre y no había uno negro.

Gabriel Giubellino.
ggiubellino@clarin.com

Dudas: ¿Nació Jesús un 25 de diciembre, hace 2003 años? ¿Lo cobijó María en un pesebre, rodeado de bueyes y burros? ¿Eran tres los reyes llegados de Oriente? ¿Eran reyes? ¿Puede determinarse cuál es la estrella que los guió?

Religiosos que han dedicado sus vidas a estudiar la Biblia y su contexto histórico enseñan que muchas de estas preguntas no tienen respuestas ciertas.

"Lo que cuentan Mateo y Lucas sobre el nacimiento de Jesús en el Nuevo Testamento no coincide. Armonizarlos es una tarea casi imposible. Hay que entender que no se trata de historia propiamente dicha, lo que no quiere decir que no tengan fundamentos. Son géneros literarios distintos, apoyados en distintas tradiciones. ¿Son auténticos esos relatos? ¿Son recuerdos verdaderos?". Pregunta el padre jesuita Ignacio Pérez del Viso, profesor de Historia de la Iglesia en la Facultad de Teología de San Miguel.

Estos relatos, dice, fueron escritos en la segunda mitad del siglo I, más de 30 años después de la muerte de Jesús, en un contexto en el que circulaban otros evangelios apócrifos.

Toda la representación que hoy hacemos de la Navidad con el pesebre lleno de animales y Reyes Magos es una libre adaptación de los cuatro renglones que escribió San Lucas: "Y dio luz a su hijo primogénito, y lo envolvió en pañales, y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón (sala principal de la casa)".

El Evangelio no menciona ni la gruta ni los animales.

El padre Luis Heriberto Rivas tiene mucho para decir al respecto. Sacerdote de la Arquidiócesis de Buenos Aires, licenciado en Teología con estudios de especialización en Biblia en Jerusalén, obtuvo la Licencia en Sagradas Escrituras en la Pontificia Comisión Bíblica, en el Vaticano.

Le parece comprensible que se ubique al nacimiento de Jesús en una gruta, porque esa es la geografía donde se alza Belén. Pero señala que "con la palabra 'pesebre' se puede indicar el lugar donde están los animales, pero también el cajón o recipiente donde se pone el alimento para ellos, o también el morral que los burros llevan colgado ante la boca cuando van de viaje". Lo cierto es que en la casa tuvieron que improvisar una cuna. Señal de humildad.

Con el tiempo se llegaron a las representaciones actorales en los pesebres, que llegaron a estar prohibidos por el Papa Inocencio III (1198-1216).

Con respecto a los magos, el Santo Evangelio según San Mateo tampoco es pródigo en detalles. Dice que cuando Jesús nació en Belén, "vinieron del Oriente a Jerusalén unos magos diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente, y venimos a adorarle".

No hay alusiones al número, ni a su condición de reyes.

"En la antigüedad se llamaban 'magos' a los sabios que se ocupaban de ciencias como la astrología y la astronomía", explica Rivas. Lo interpreta como un relato pintoresco que da cuenta del homenaje que paganos dieron al nacimiento de Jesús.

Rivas señala que con el tiempo se confundieron los datos del libro del profeta Isaías y de los Salmos con los del Evangelio "y en el siglo VI se los llamó reyes por primera vez; el número fue cambiando con el correr del tiempo: en el siglo VIII se los llamó Melchor, Gaspar y Baltasar, y en el siglo XV se empezó a representar a uno de ellos como negro. Como se puede ver, todo esto fue añadido por la fantasía; sin embargo, se debe conservar la hermosa costumbre de ofrecer regalos a los niños en la noche del 5 al 6 de enero, así como los magos llevaron regalos a Jesús recién nacido".

La estrella que los guió aparece en San Mateo deteniéndose donde estaba el niño. Inútil que los astrónomos intenten identificar a un astro que detiene su marcha. El Evangelio podría estar hablando de un milagro, pero también sería "una referencia a las profecías del Antiguo Testamento que hablan del nacimiento del Mesías utilizando la figura de una estrella que se eleva".

Lo cierto es que gran parte de lo que hoy está presente en una celebración navideña no tiene sustento en la Biblia. Nada sabemos del día y año exacto del nacimiento de Jesús. "Se sabe —recuerda Rivas— que nuestro calendario tiene un error de unos 6 o 7 años, que ya no podemos subsanar. De modo que Jesús posiblemente murió a los 36 o 37 años".

El 25 de diciembre es una convención. La historia indica que el antecedente es la celebración en oriente, el 6 de enero, de la Epifanía, palabra griega que alude a la "Manifestación". Se conmemoraba la manifestación de la Palabra de Dios: nacimiento, manifestación ante los Magos, el bautismo en el Jordán y ante sus discípulos en la bodas de Caná.

El padre Ignacio Pérez del Viso señala que "el primer documento fechado nos remite a otro del año 330, de la época de Constantino, en el que se menciona una fiesta de Navidad el día 25". La noche del 24 —la más larga del año en el hemisferio norte— se celebraba la fiesta pagana del sol, una vigilia con luces encendidas toda la noche. Se hizo coincidir ese nacimiento del sol con el nacimiento de Jesús.

Los comienzos de este siglo encuentran a las fiestas de Navidad y Año Nuevo mezcladas, casi sin matices. "Hay que acostumbrarse a que es una celebración común a toda la humanidad, como gesto universal de juntarse para desearse buenas cosas —entiende Del Viso—. Estoy seguro que en nuestro país judíos y musulmanes participan a su manera, sin mezclar las creencias. Como signo universal de hermandad, es muy importante".


Reinventando la tradición

María Copani.
mcopani@clarin.com

Reinventar la tradición: la más fascinante faceta de la Navidad. Las navidades pantagruélicas e invernales que trajeron los inmigrantes fueron reemplazadas por cenas ligeras, frías o criollísimos asados. Cualquiera sea el modo de celebrarlas, las fiestas de fin de año conservan algo esencial: la valoración del rito, de la ceremonia familiar y milenaria. Entre la prosaica cotidianidad, es milagroso que siga existiendo esa cosa inasible llamada rito. Sobre todo este rito anual, que mezcla la alegría pagana y la celebración religiosa. No es un día como cualquiera, no. Y es bueno que las luces y adornos y detalles de las nuevas tradiciones, en perpetuo cambio, lo subrayen. Es un día muy especial y ya no es sólo de los cristianos.

¿Cómo aparecieron los renos y cuántos son?

Fueron una invención del poeta y pastor protestante inglés Clement Moore, quien les escribió a sus hijos un poema en el que se describe a Papá Noel a bordo de un trineo tirado por ocho renos. En español, los renos son siete y se llaman Saltador, Bailarín, Bromista, Veloz, Zalamero, Alegre y Reno. En inglés, en cambio, son ocho: Doner, Cupid, Blitzer, Comet, Vixen, Prancer, Dasher y Dancer.


Papá Noel (San Nicolás)

Se dice que la leyenda de Papá Noel —también conocido como Santa Claus— está basada en la vida de Nicolás de Bari, un hombre que vivió aproximadamente entre los años 280 y 350 y que entregó todos sus bienes a los pobres para hacerse monje. Después, fue obispo de Myra, un sitio ubicado en la actual Turquía.

A partir del siglo XII empezaron a circular por toda Europa relatos sobre su generosidad. En Holanda se transformó en patrón de los marineros y de la ciudad de Amsterdam. Y los holandeses que colonizaron Nueva York llevaron hasta allí la tradición de rendirle devoción.

Basado en esto, en 1809 el escritor norteamericano Washington Irving escribió un relato en el que San Nicolás aparecía como un hombre mayor y sonriente que se dedicaba a tirar regalos por las chimeneas. Recién en 1863 se empezó a definir la imagen con que todos conocen a Santa Claus: ropas de color rojo, gorro, botas altas y una larga barba blanca. Esa apariencia fue una creación del dibujante Thomas Nast para la revista Harper's Weekly.


Costumbres

El arbolito

Hay varias versiones sobre el origen del arbolito, pero la más difundida es que antiguamente los germanos adornaban, en el invierno, sus árboles sin hojas con piedras pintadas, con el objetivo de que volvieran pronto los buenos espíritus.

Los villancicos

Empezaron a cantarse en la Edad Media. El más conocido, "Noche de Paz", fue compuesto en 1818 en Austria por el sacerdote Joseph Mohr (imagen), quien después le pidió al profesor de música Franz Gruber que compusiera la melodía.

El pan dulce (panetonne)

La leyenda dice que en Milán, en el siglo XV, el duque Sforza le pidió a uno de sus cocineros una comida especial para esa Navidad. A ese cocinero se le ocurrió agregar frutas secas y pasas de uva al pan y lo bautizó como "panettone".

Los pesebres

San Francisco de Asís es el responsable de la popularización de los pesebres. En 1223 le pidió autorización al papa Honorio III para representar el nacimiento de Jesús con un pesebre viviente. El primero se armó en 1223 dentro de una cueva.

El muérdago

A causa de que siempre permanece verde, históricamente se consideraba al muérdago como un símbolo de fertilidad y buena suerte. Se cree que la tradición de colocarlo en las puertas de las casas nació en los países del centro y norte de Europa.

Las tarjetas

Las inventó sir Henry Cole, quien en 1843 le encargó a un amigo que pintaba que le ilustrara una escena navideña. Luego, Cole mandó reproducir e imprimir esos dibujos y los envió, con deseos de felicidad, a amigos y familiares.

Campanadas y uvas

La tradición de comer una uva por cada una de las campanadas de la medianoche del 31 de diciembre nació en España en 1909. Los dueños de cultivos de uvas inventaron que eso traía suerte porque tenían excedentes en sus cosechas.

El turrón

Algunos estudios sostienen que el turrón fue un invento, en el siglo XV, de los árabes instalados en España. Un dato que confirmaría esta hipótesis es que la repostería árabe es muy dada a usar miel y almendras, que son la base del turrón..."

Tomado de: Clarín.
 
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