El Editor de la nota sobre el Voyager nos habla sobre uno de sus creadores, tal vez el más conocido: el inolvidable Carl Sagan.
"...Ricardo Roa. EDITOR GENERAL ADJUNTO DE CLARIN
rroa@clarin.com
La gran lección de Carl Sagan
Creo que la ciencia es una herramienta limitada e inadecuada para conocer al mundo. Pero es, con mucho, la mejor que tenemos". La frase es de Carl Sagan, un hombre que nos contó como pocos historias maravillosas y que, desde la ciencia, nos hizo siempre apreciar la vida. Sagan hubiese cumplido 69 años hoy. El mismo día en que uno de los proyectos en que trabajó, la Voyager 1, llega al borde mismo del Sistema Solar, como informamos en la página 36.
La ciencia sirve para cosas diferentes. Una es el rédito social. Pero la naturaleza humana no se reduce sólo a eso, diría Gregorio Klimovsky. El conocimiento es una manifestación del espíritu. Con la Voyager fuimos más allá de los límites: su hazaña es un triunfo del espíritu humano.
La Voyager 1 está a más de 13 mil millones de kilómetros. Es 85 veces la distancia que nos separa del Sol. Y el límite de nuestro sistema: un lugar impreciso hasta donde llega el viento solar. Es una distancia enorme pero insignificante a nivel astronómico.
La nave partió de la Tierra en el 77. Fue un día antes de que aquí el dictador Videla iniciara su primer viaje a los Estados Unidos. Ella y su melliza, la Voyager 2, debían explorar sobre todo Júpiter y Saturno y aún le siguen arrancando secretos al Universo. Lo que hicieron es deslumbrante: la Voyager 2 estuvo a sólo 200 kilómetros de la trayectoria prevista en Urano, luego de haber recorrido nada menos que cinco mil millones de kilómetros.
Para las dos misiones, Sagan preparó lo que llamó "murmullos de la tierra". Un disco que incluía imágenes de hombres, animales y paisajes y canto de pájaros, saludos en 60 idiomas, temas de jazz y de Los Beatles y música de Bach, Mozart y Bethoveen. Recibió críticas por su mensaje, sobre todo por la ausencia de un concepto de Dios. Pero decía que "quienquiera que lo descifre se llevará una buena impresión de los seres humanos".
Mientras en nuestro país muchas veces no podemos librarnos del pasado, hay una nave que avanza hacia el futuro. Ningún objeto humano llegó tan lejos. Las preguntas son infinitas como el espacio. ¿Dónde termina el espacio? ¿Termina? ¿Tiene un límite? Y si lo tiene: ¿qué hay del otro lado? Tal vez haya que escuchar mejor los mensajes que la Voyager nos envía a la Tierra. Tal vez ese mensaje, simbólicamente, sea que el espacio y el tiempo inconmensurables nos obligan a ampliar la mirada, a ver más allá, para no sucumbir en esta conflictividad íntima, a esta estrechez, esta ignorancia...."
Tomado de: Clarín.
"...Ricardo Roa. EDITOR GENERAL ADJUNTO DE CLARIN
rroa@clarin.com
La gran lección de Carl Sagan
Creo que la ciencia es una herramienta limitada e inadecuada para conocer al mundo. Pero es, con mucho, la mejor que tenemos". La frase es de Carl Sagan, un hombre que nos contó como pocos historias maravillosas y que, desde la ciencia, nos hizo siempre apreciar la vida. Sagan hubiese cumplido 69 años hoy. El mismo día en que uno de los proyectos en que trabajó, la Voyager 1, llega al borde mismo del Sistema Solar, como informamos en la página 36.
La ciencia sirve para cosas diferentes. Una es el rédito social. Pero la naturaleza humana no se reduce sólo a eso, diría Gregorio Klimovsky. El conocimiento es una manifestación del espíritu. Con la Voyager fuimos más allá de los límites: su hazaña es un triunfo del espíritu humano.
La Voyager 1 está a más de 13 mil millones de kilómetros. Es 85 veces la distancia que nos separa del Sol. Y el límite de nuestro sistema: un lugar impreciso hasta donde llega el viento solar. Es una distancia enorme pero insignificante a nivel astronómico.
La nave partió de la Tierra en el 77. Fue un día antes de que aquí el dictador Videla iniciara su primer viaje a los Estados Unidos. Ella y su melliza, la Voyager 2, debían explorar sobre todo Júpiter y Saturno y aún le siguen arrancando secretos al Universo. Lo que hicieron es deslumbrante: la Voyager 2 estuvo a sólo 200 kilómetros de la trayectoria prevista en Urano, luego de haber recorrido nada menos que cinco mil millones de kilómetros.
Para las dos misiones, Sagan preparó lo que llamó "murmullos de la tierra". Un disco que incluía imágenes de hombres, animales y paisajes y canto de pájaros, saludos en 60 idiomas, temas de jazz y de Los Beatles y música de Bach, Mozart y Bethoveen. Recibió críticas por su mensaje, sobre todo por la ausencia de un concepto de Dios. Pero decía que "quienquiera que lo descifre se llevará una buena impresión de los seres humanos".
Mientras en nuestro país muchas veces no podemos librarnos del pasado, hay una nave que avanza hacia el futuro. Ningún objeto humano llegó tan lejos. Las preguntas son infinitas como el espacio. ¿Dónde termina el espacio? ¿Termina? ¿Tiene un límite? Y si lo tiene: ¿qué hay del otro lado? Tal vez haya que escuchar mejor los mensajes que la Voyager nos envía a la Tierra. Tal vez ese mensaje, simbólicamente, sea que el espacio y el tiempo inconmensurables nos obligan a ampliar la mirada, a ver más allá, para no sucumbir en esta conflictividad íntima, a esta estrechez, esta ignorancia...."
Tomado de: Clarín.
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