Como fanático del cine y las historias bien contadas, no deja de sorprenderme que la realidad supere a la ficción. Como en este caso.
"...UNA HISTORIA DE NOVELA: PASION, DINERO Y CRIMEN EN TUCUMAN
Perpetua a un hombre que mató para fraguar su propia muerte
Tiene 47 años, una esposa y cuatro hijos. Pero le descubrieron tres amantes y muchas deudas. Mató a un indigente para que creyeran que era él. Y dicen que pensaba escaparse. Pero creen que algo falló.
Rubén Elsinger. TUCUMAN. CORRESPONSAL.
tucuman@clarin.com
La Justicia tucumana condenó ayer a prisión perpetua a un hombre al que encontró culpable de quemar vivo a un linyera (mendigo, indigente) con el propósito de que se creyera que era él, zafar así de sus acreedores y escaparse con una de sus tres amantes.
El condenado está libre desde febrero, después de haber cumplido el máximo de prisión preventiva (dos años). Y seguirá así hasta que la sentencia quede firme. Se descuenta que su abogado apelará la sentencia.
Los jueces Pedro Roldán Vasquez, Carlos Norri y Julio Espíndola Aráoz aplicaron la pena a Carlos Ernesto Marcovich, de 47 años, al considerar probado que fue el autor del "homicidio agravado por ensañamiento y alevosía", de Juan Carlos Carrizo, de 42, un vagabundo y enfermo alcohólico que apareció muerto el 26 de abril de 2000.
El cuerpo calcinado de Carrizo fue hallado en la madrugada de ese día a un costado de la ruta provincial 305, en La Aguadita, junto al Renault 9 celeste de Marcovich. La autopsia determinó que tenía quemaduras en el esófago y humo en los pulmones; es decir: cuando le prendieron fuego aún estaba vivo.
Al lado del cadáver había cosas de Marcovich (reloj, anillo, documento de identidad y papeles) y se pensó que el muerto era él.
Sin embargo, esa confusión —reforzada por el hecho de que Marcovich estaba desaparecido— se disipó. La Policía vio que el físico del muerto era más chico que el de Marcovich y en los restos halló piojos. Así, se pusieron tras la pista de un indigente.
También se conocieron testimonios de vecinos de Marcovich que decían haberlo visto salir de su casa en la capital provincial —donde vivía con su esposa y cuatro hijos— poco después de que las radios dieran la noticia de que se había encontrado un cadáver que se creía que era el suyo.
Marcovich reapareció 72 horas después. Fue a Tribunales y contó una historia que, según el comisario inspector Marcial Escobar (a cargo de la investigación) "hacía agua por todos lados". Según Marcovich, la noche del 25 de abril tres hombres lo asaltaron, le sacaron el auto, dinero y otros objetos y lo soltaron a 10 kilómetros de Tucumán.
¿Por qué no había hecho la denuncia del asalto? ¿Por qué había dejado pasar tanto tiempo para ir ante la Justicia? ¿Qué había hecho durante el tiempo en que estuvo desaparecido? Las respuestas que Marcovich intentó dar durante la investigación y luego en el juicio oral (duró 10 días hábiles) fueron inverosímiles, contradictorias, o desmentidas por pruebas o testigos.
Por otro lado, los investigadores descubrieron que Marcovich tenía varias amantes (con una había llevado una doble vida durante 14 años) y deudas excesivas para sus ingresos como chofer de ambulancia en una empresa de emergencias médicas y empleado del Sistema Provincial de Salud. Allí (donde era jefe de Sueldos de una sección), estaba sumariado por desvío de fondos.
En su oficina, la Policía había encontrado cartas de sus amantes con frases llenas de pasión. Y, aunque no hallaron nada revelador, los investigadores sospechan que, tras el crimen, el hombre pensaba escapar con una de sus amantes, pero algo falló.
Además, antes Marcovich había sacado créditos, quiso negociar una indemnización en su trabajo privado y contrató un seguro de vida por $ 18.000, según se probó en el juicio.
Con el dato de que el cadáver era de un indigente, la Policía comenzó su investigación. Y descubrió que en el trayecto desde su casa al trabajo, Marcovich pasaba por Lavalle y Frías Silva, un lugar donde "vivían" linyeras. Uno faltaba desde hacía varios días. Sus compañeros dijeron que lo vieron subir "a un auto celeste".
Ayer, antes de escuchar la sentencia del Tribunal, Marcovich reiteró que es inocente y que jamás vio a Carrizo. "Mi único error fue no hacer la denuncia del robo de mi auto", dijo..."
Tomado de: Clarín.
"...UNA HISTORIA DE NOVELA: PASION, DINERO Y CRIMEN EN TUCUMAN
Perpetua a un hombre que mató para fraguar su propia muerte
Tiene 47 años, una esposa y cuatro hijos. Pero le descubrieron tres amantes y muchas deudas. Mató a un indigente para que creyeran que era él. Y dicen que pensaba escaparse. Pero creen que algo falló.
Rubén Elsinger. TUCUMAN. CORRESPONSAL.
tucuman@clarin.com
La Justicia tucumana condenó ayer a prisión perpetua a un hombre al que encontró culpable de quemar vivo a un linyera (mendigo, indigente) con el propósito de que se creyera que era él, zafar así de sus acreedores y escaparse con una de sus tres amantes.
El condenado está libre desde febrero, después de haber cumplido el máximo de prisión preventiva (dos años). Y seguirá así hasta que la sentencia quede firme. Se descuenta que su abogado apelará la sentencia.
Los jueces Pedro Roldán Vasquez, Carlos Norri y Julio Espíndola Aráoz aplicaron la pena a Carlos Ernesto Marcovich, de 47 años, al considerar probado que fue el autor del "homicidio agravado por ensañamiento y alevosía", de Juan Carlos Carrizo, de 42, un vagabundo y enfermo alcohólico que apareció muerto el 26 de abril de 2000.
El cuerpo calcinado de Carrizo fue hallado en la madrugada de ese día a un costado de la ruta provincial 305, en La Aguadita, junto al Renault 9 celeste de Marcovich. La autopsia determinó que tenía quemaduras en el esófago y humo en los pulmones; es decir: cuando le prendieron fuego aún estaba vivo.
Al lado del cadáver había cosas de Marcovich (reloj, anillo, documento de identidad y papeles) y se pensó que el muerto era él.
Sin embargo, esa confusión —reforzada por el hecho de que Marcovich estaba desaparecido— se disipó. La Policía vio que el físico del muerto era más chico que el de Marcovich y en los restos halló piojos. Así, se pusieron tras la pista de un indigente.
También se conocieron testimonios de vecinos de Marcovich que decían haberlo visto salir de su casa en la capital provincial —donde vivía con su esposa y cuatro hijos— poco después de que las radios dieran la noticia de que se había encontrado un cadáver que se creía que era el suyo.
Marcovich reapareció 72 horas después. Fue a Tribunales y contó una historia que, según el comisario inspector Marcial Escobar (a cargo de la investigación) "hacía agua por todos lados". Según Marcovich, la noche del 25 de abril tres hombres lo asaltaron, le sacaron el auto, dinero y otros objetos y lo soltaron a 10 kilómetros de Tucumán.
¿Por qué no había hecho la denuncia del asalto? ¿Por qué había dejado pasar tanto tiempo para ir ante la Justicia? ¿Qué había hecho durante el tiempo en que estuvo desaparecido? Las respuestas que Marcovich intentó dar durante la investigación y luego en el juicio oral (duró 10 días hábiles) fueron inverosímiles, contradictorias, o desmentidas por pruebas o testigos.
Por otro lado, los investigadores descubrieron que Marcovich tenía varias amantes (con una había llevado una doble vida durante 14 años) y deudas excesivas para sus ingresos como chofer de ambulancia en una empresa de emergencias médicas y empleado del Sistema Provincial de Salud. Allí (donde era jefe de Sueldos de una sección), estaba sumariado por desvío de fondos.
En su oficina, la Policía había encontrado cartas de sus amantes con frases llenas de pasión. Y, aunque no hallaron nada revelador, los investigadores sospechan que, tras el crimen, el hombre pensaba escapar con una de sus amantes, pero algo falló.
Además, antes Marcovich había sacado créditos, quiso negociar una indemnización en su trabajo privado y contrató un seguro de vida por $ 18.000, según se probó en el juicio.
Con el dato de que el cadáver era de un indigente, la Policía comenzó su investigación. Y descubrió que en el trayecto desde su casa al trabajo, Marcovich pasaba por Lavalle y Frías Silva, un lugar donde "vivían" linyeras. Uno faltaba desde hacía varios días. Sus compañeros dijeron que lo vieron subir "a un auto celeste".
Ayer, antes de escuchar la sentencia del Tribunal, Marcovich reiteró que es inocente y que jamás vio a Carrizo. "Mi único error fue no hacer la denuncia del robo de mi auto", dijo..."
Tomado de: Clarín.
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