La Mafia, una organización que nadie puede discutir se basa en la tradición. Pero que en el tercer milenio sabe innovar y acepta los cambios sin mayores traumas.
"...TRANSFORMACIONES
La mafia del tercer milenio
El crimen organizado se adaptó a la globalización. Con el narcotráfico pegó el salto, cambió de hábitos y de cultura. Hoy comercia con basura, arte, misiles, personas. Siempre cerca de los paraísos fiscales.
El ataúd del "padrino" John Gotti es de bronce macizo. Y brilla aun bajo tierra.
La muerte del don mayor de Nueva York, en junio de 2002, hizo creer a las "familias" de la mafia y a quienes los combaten, que el cáncer que había destruido a este hijo de napolitanos también había carcomido las estructuras del crimen organizado en todo el mundo. Pero el resplandor del bronce de Gotti es tan solo una muestra de que la mafia sólo cambió de traje, mutó, actualizó su estilo y sus conductas públicas y privadas, y abrió paso a una nueva cultura mafiosa.
"No obstante la intensa lucha por parte de los estados, entre ellos el italiano, en los 90, la mafia ha tenido la capacidad de replegarse, ir a la cama y levantarse como una mafia globalizada", dice por telefóno Angelo Sindoni, director del departamento de Historia y Ciencias Sociales de la universidad de Messina, Sicilia, y autor de trabajos sobre la mafia.
Ya nada es lo que era. La foto del personaje Vito Corleone, Marlon Brando en la extraordinaria película El Padrino, es sencillamente vieja. La mafia de hoy se identifica más con la de su hijo Michael (Al Pacino), en la tercera parte de la saga que dirigió Francis Ford Coppola, cuando dice que no quiere matones sino abogados. La imagen del capo (jefe) manejando sus negocios con la lupara (escopeta de caño recortado) y chantaje ya es pasado, como también lo es el papel de la mujer que sólo preparaba los
spaghetti para la mesa de los mafiosos. La mafia napolitana, por ejemplo, fue conducida por lady Camorra, María Licciardi, hasta 2001, cuando fue arrestada.
Las mafias de ayer traficaban, y trafican, armas cortas y largas, drogas, autos, cigarrillos y lucraban, y lucran, con la prostitución y el juego. Pero el tercer milenio les dio facilidades para vender hasta misiles obtenidos en liquidación de las ruinas del imperio soviético. También abrieron rutas para el tráfico humano desde Africa, Asia y Latinoamérica hacia Europa, Estados Unidos, Australia y Japón. Se transformaron en "especialistas del mundo de la basura", manejan el mercado negro de obras de arte, de animales en extinción, están insertados en la industria de la construcción en Italia y EE.UU. en relación a obras ilegales y realizan secuestros en todo el planeta. El multirubro se completa con su actividad en las bolsas de valores y en los paraísos fiscales donde lavan dinero.
La mafia entendió perfectamente los secretos que encerraba la globalización. Se anticipó a sus efectos y lo hizo mejor que cualquier multinacional para lograr un saldo positivo. "La globalización es la mafia", reafirma Gianni Vattimo, de la Universidad de Torino y diputado del Parlamento europeo. "El fenómeno mafioso es una síntesis de innovación y continuidad en la tradición. Se transforma adaptándose a las evoluciones de la sociedad en la que actúa, pero permanece fiel a algunos valores que le son propios", dicen los juristas italianos Gian Carlo Caselli y Antonio Ingroia en el prólogo del ¿Qué es la mafia? de Gaetano Mosca.
La globalización y el rumbo de la historia trajeron diversificación de los negocios y distribución de tareas. La caída de la URSS y la apertura de la economía del ex bloque socialista hacia el capitalismo abrió el juego para que nuevas organizaciones criminales aparecieran violentamente. Actualmente las mafias italianas y norteamericanas compiten de igual a igual con las surgidas en Europa del Este, además de la nigeriana, la colombiana, y la yakuza japonesa que se dio una nueva estética: sus miembros usan tatuajes como emblema.
Para Sindoni hubo un elemento clave para que la mafia creciera y se adaptara: "La droga provocó un salto cualitativo porque el tráfico unió las dos puntas del océano: Sicilia con EE.UU. y Colombia básicamente. Esta capacidad expansiva de la mafia la hizo volverse todavía más difícil de combatir". Así, la mafia colombiana, que produce drogas, necesita a otra en Europa, por ejemplo, para que la distribuya.
En Italia, uno de los negocios florecientes se relaciona con la tierra y el procesamiento de la basura. Unos 160 clanes mafiosos manejan negocios ilegales que rinden unos 20 mil millones de dólares anuales con las descargas de basura, con los terrenos agrícolas que carecen de autorización para la explotación económica y con lotes en los que está prohibido construir. Como en Italia el espacio es escaso, para descargar la basura, la mafia incendia bosques y praderas para luego maniobrar sobre las concesiones de descargas. En Nápoles, los camiones de la Camorra han descargado dioxina, un poderoso veneno residuo de las industrias químicas que provoca envenenamiento de la leche. Y además construyen obras en lugares prohibidos que luego legalizan con su poder de influencia.
"Los mafiosos están recomponiendo su organización y relanzando sus contactos con la sociedad y las instituciones", sostiene Umberto Santino, autor de Storia del movimento antimafia y fundador del Centro Siciliano di Documentazione "Giuseppe Impastato", una institución antimafiosa dedicada al estudio de la mafia. Santino agrega: "cuando hablamos de mafia no debemos pensar sólo en los criminales clásicos, sino también en las relaciones externas con profesionales, administradores y políticos, lo que llamamos la burguesía mafiosa, y también con los sectores populares inmiscuidos en actividades legales e ilegales".
Buenos muchachos
La mafia como organización nació en el siglo XVIII en Sicilia. Surgió como modo de resistencia frente al abuso y explotación a los que los sicilianos eran sometidos por otros italianos. Para rechazar a los agresores, los sicilianos forjaron una organización secreta que se basaba sobre los pilares de la violencia y la lealtad. Dos características que iba a adoptar la mafia. Estas barricadas fueron tomando rasgos de criminalidad cuando se iban formando clanes familiares que defendían territorios y negocios con el chantaje como modo de generar ganancias. La costumbre se extendió y a lo largo del siglo XX en distintas regiones de Italia la mafia echó raíces. A la Cosa Nostra siciliana se le sumó la N''dranghetta, en Calabria; la Camorra, en Nápoles; la Sacra Corona Unita pugliese en la Puglia. Cada grupo en su región comenzó a gobernar como "un estado dentro del Estado", se hizo amo y señor de tierras y gobiernos. A lo largo del siglo XX desarrollaron los más ingeniosos negocios donde la sangre podía correr como el vino chianti. Su fortaleza hizo que tanto fascistas, entre 1920 y 1940, como el ejército de ocupación estadounidense, cuando finalizó la Segunda Guerra mundial, tuvieran que negociar con ellos y aceptar la fuerza de sus lazos invisibles.
A fines del siglo XIX y principios del XX hubo corrientes migratorias italianas que desembarcaron en América, especialmente en EE.UU. y en la Argentina. Los contingentes sicilianos y napolitanos pugnaban por un lugar en l''America. Algunos sicilianos recrearon rápidamente las características de la Cosa Nostra en el escenario neoyorkino con facilidad y armaron una red de negocios y crímenes que descolocaba a una fuerza policial todavía virgen en el trato con estas actividades. Pero la Cosa Nostra tenía cómo construirse a sí misma. "En Nueva York la mafia se desarrolló porque ya existía una base, el gangsterismo irlandés", dice el siciliano Sindoni. Esta visión se encuentra presente en la película Pandillas de Nueva York, de Martin Scorsese, en la que irlandeses y nativos se disputan el control de la ciudad poco antes de la Guerra de Secesión. Además, con un capitalismo en franco crecimiento, los negocios y las posibilidades de ganar dinero eran muchas. "En EE.UU. los mafiosos pequeños fueron a la universidad del crimen", resume Sindoni. Al Capone, Lucky Luciano, Carmine Galante, Paul Castellano y el mismísimo John Gotti fueron las cabezas más conocidas de la Cosa Nostra norteamericana.
Una parte de esa inmigración siciliana llegó a la Argentina y sin embargo, no se dedicó a los negocios sucios. Sí hubo capítulos escritos por mafiosos que intentaron reproducir los esquemas de la Cosa Nostra y que sólo lo lograron temporalmente en La Boca y en Rosario. Pero el temor de la población local a las actividades de personajes como "Chicho grande" y "Chicho chico", entre otros, bastó para que las acusaciones se generalizaran contra los inmigrantes sicilianos. "La mafia era un fenómeno marginal dentro del ambiente de los inmigrantes, pero llegó a ocupar en poco tiempo un lugar central en la consideración pública. La creciente espectacularidad de sus acciones y su repercusión en la prensa y la opinión social redundó desde temprano en una notoria estigmatización de la colectividad que la albergaba", señala Osvaldo Aguirre en Historias de la mafia en la Argentina.
Durante las últimas décadas del siglo XX en la Argentina, se vivieron situaciones de estafas, violencia y chantaje similares con lo que se conoce como mafia. Para José María Simonetti, sociólogo e investigador de la Universidad de Quilmes, se puede hablar de mafias cuando el crimen establece una alianza con el poder político y/o el económico. El crimen de José Luis Cabezas, la llamada "mafia del oro", el tráfico de armas a Croacia y Ecuador, actitudes monopólicas que se le atribuían a Alfredo Yabrán, son ejemplos de la confabulación criminal. "El núcleo del crimen organizado es una burguesía mafiosa: se buscan ventajas económicas desde el monopolio. Por este motivo se realizan negocios combinados con política. La mafia actúa cuando supone la ausencia del Estado, entonces aparecen estos grupos que realizan una forma rentística de la economía, una renta de la ilegalidad". En la Argentina no se desarrolló la Cosa Nostra, pero la actitud mafiosa parece presente en muchos de los negocios ilícitos protagonizados por quienes coquetean con el poder.
El ex primer ministro italiano Giulio Andreotti, muchas veces vinculado a la mafia, solía decir: "el poder obnubila a quien no lo tiene".
Los socios del silencio
En los 70, 80 y principios de los 90, parecía que la mafia italiana estaba doblegando al Estado en el dominio de sus negocios y territorios. Bajo el mando de Totò Riina, la mafia siciliana cogobernaba a sangre y fuego. Los espectaculares atentados contra el general Carlos Alberto Dalla Chiesa y los jueces Giovanni Falcone y Paolo Borsellino en 1992 en Palermo, Sicilia, fueron los detonantes para que la justicia italiana actuara y encerrara a centenares de mafiosos. Ambos jueces ya habían enviado a la cárcel a 467 capi (jefes) y picciotti (empleados) gracias al quebrantamiento de la omertà (la regla del silencio, la del "no delatarás" entre los mafiosos de origen italiano). El testimonio de unos cuantos integrantes de los clanes mafiosos logró quebrar las estructuras de la organización. Tomasso Buscetta fue el arrepentido más conocido. "Antes de la colaboración de Buscetta, ninguna investigación de policía judicial había logrado aclararnos la lógica interna, la organización de la cúpula y la vida de la mafia", afirmó el subsecretario de Justicia, Giuseppe Ayala, fiscal de Palermo en los procesos contra la Cosa Nostra. Pero, como la mafia golpea "allí donde más duele", entonces llegó la vendetta (venganza). Los ex socios de Buscetta asesinaron a 33 de sus familiares, entre ellos a su esposa y dos hijos. El arrepentido falleció de cáncer en 2000, en algún lugar de EE.UU., protegido por agentes federales.
Los noventa y el cambio de siglo fueron los momentos de transformación, de cambios de actitudes y de vuelta al plano de la discreción. "Después de esto, los mafiosos recibieron fuertes golpes y entendieron que no debían matar más a hombres de las instituciones. Podemos decir que la mafia en los últimos años trabaja con mayor secreto, reclutando gente con más rigor y concentrando la dirección en manos de pocos", dice Santino.
Las redes invisibles de la lealtad y la informática tornaron más complicadas sus estructuras hacia el afuera. Sus actividades quedaron nuevamente ocultas y se multiplicaron. Es realmente sugestivo que a la cabeza de la Cosa Nostra siciliana se encuentre Bernardo Provenzano, un personaje prófugo desde hace más de 40 años en Italia y que vio despejado el campo de acción con el arresto de Riina. Nadie conoce su rostro actual, pero todos saben quién maneja los hilos de los negocios mafiosos al sur del país. Es el ícono de la continuidad y transformación el que permanente.
Si existe un gobierno mundial manejado por las multinacionales, los bancos y los mercados, en las sombras hay otro gobierno con un poder similar. El crimen organizado, las mafias tradicionales, las nuevas, las del narcotráfico, no gobiernan, pero ejercen su voluntad desde la luminosidad de una pantalla de computadora o sentados cerca de los centros de decisión. Y a veces ambas instancias de poder se confunden. Los negocios que
John Gotti manejaba en Nueva York siguen su curso. Su familia o algunos de los cientos de clanes mafiosos globalizados los continúan por el camino ilícito. Gotti desde su ataúd dorado, y Provenzano, desde su larga vida de fugitivo, siguen practicando un estilo de hacer negocios siempre acorde con pautas de la época..."
"...ME PARECE
Los titiriteros del poder en Italia
GIANNI VATTIMO . FILOSOFO Y EURODIPUTADO
No obstante la lucha permanente en su contra, la mafia aún está viva. La mafia tomó la dirección de la corrupción común, la que florece incluso en países que no tienen una tradición mafiosa (pero estos países, ¿existen?). Además, la fuerza específica de la mafia ha sido la de ser un estado dentro del Estado, un segundo poder organizado. Y entonces, tal vez, dura tanto porque hay una natural alianza de fuerzas que tiende a controlar el Estado sin legitimización constitucional y democrática.
Yo no olvidaría que la mafia es desde hace mucho tiempo un hecho supranacional: el desembarco de las tropas aliadas en Sicilia fue apoyado por la mafia ítalo norteamericana. Después conservó y desarrolló su poder de condicionar la actividad de los gobiernos italianos hasta hoy. Los lazos de Berlusconi con ambientes y personajes claramente mafiosos no son una invención de los jueces de izquierda. Mientras tanto Berlusconi, con una mayoría desbordante, incluso en Sicilia, se transformó en el amo del Estado. El ex jefe de la P2, Licio Gelli, ha dicho que todos los hombres políticos en Italia son chantajeables. Y Gelli es alguien que de esto entiende: la P2 ha estado muy cerca de la mafia.
La mafia es un poder "global" desde mucho antes que lo fuera el poder capital de las multinacionales. Por ejemplo, ¿Cómo es posible que Berlusconi, quien dice odiar a los comunistas, se haya vuelto tan amigo de Putin, un exponente de la vieja KGB? Creo que solamente los lazos comunes con la mafia internacional pueden explicar un hecho como éste. En el fondo, es siempre la historia del desembarco norteamericano en Sicilia: el poder necesita "mediadores", de estructuras, como la P2 y cierta masonería. La globalización —al menos en los peores aspectos— es la mafia..."
"...GLOSARIO
Todas las mafias, todos los negocios
- ALBANESA
El poder de la mafia albanesa aumentó notablemente en los últimos años en Europa. Se instaló en Italia con intereses similares a los de la Camorra. Tendrían acuerdos con los carteles de la droga colombianos.
- RUMANA
Trafica autos robados y autopartes en Europa y se dedica al lavado de dinero y a la venta de heroína.
- MAGREBI
Se dedican al tráfico de personas y arman organizaciones con fachada de asistencia social para traer gente desde el Africa árabe. Están conectados con la N''drangheta calabresa.
- NIGERIANA
Tienen una extraña organización horizontal, no piramidal. Son los más importantes traficantes de droga en Europa.
- RUSA
Hay diversos grupos operando en Europa y EE.UU., como por ejemplo la brigada Solntsevkaj y la Izmilovskaya. Trafican drogas sintéticas, falsifican documentos y lavan dinero.
- MONTENEGRINA
Contrabandean cigarrillos con la Camorra y heroína con la Sacra Corona Unita pugliese.
- CHINA
Trafican drogas, extorsionan comerciantes, explotan trabajadores y traen inmigración clandestina a Europa y EE.UU..
- JAPONESA
Conocida como la Yakuza, se dedican a las apuestas ilegales, el tráfico de drogas sintéticas y la prostitución. Son 24 clanes en los que operan 24.000 delincuentes. Trabajan en EE.UU. y usan a Hawai como trampolín hacia Occidente..."
"...UN TEMA CULTURAL
De la lluvia de balas a un fondo musical rapero
Sistemazione se le llama en Italia al ejercicio de la corrupción y en Sicilia es practicada con entusiasmo masivo, tan masivo que finalmente unos se neutralizan a otros.
Esa forma de vivir es como un sinónimo de L''Honorata Società, Gli amici degli amici o, más precisamente, La Mafia, vehículo para códigos que pocos narraron tan bien como el novelista Leonardo Sciascia y que, en la ensayística, alcanza la categoría de obra de arte en sendos capítulos de Los italianos y De César a la Mafia, del gran pensador Luigi Barzini.
El cine, a ambos lados del océano Atlántico, le dedicó infinidad de títulos, ya desde 1912 con Las aventuras del teniente Petrosino, el martirio verdadero de un policía napolitano enviado desde Estados Unidos para conseguir datos de los mafiusi. Que a poco lo asesinaron.
Aquella obra pionera, con las limitaciones que le marcaba su época indicaba, sin embargo, ciertas claves comunes a lo mejor de la producción sobre el tema: un sabor de autenticidad, la presunción de muerte, el olor a crimen organizado. Y quizás una sensación de fracaso por la capacidad de este monstruo de mil cabezas que revive una y otra vez.
Benito Mussolini creyó haber acabado con la Mafia cuando envió a Sicilia al prefecto Cesare Mori, quien pasó por encima de la Ley, interrogó y torturó. Los uomini rispetatti se metieron bajo tierra y en la década siguiente reaparecieron colaborando con el vencedor Ejército norteamericano. Es lo que cuenta Il Prefetto di Ferro (1977), con Giuliano Gemma como Mori.
La saga de ficción más lograda del cine es tan famosa que basta con tan solo mencionarla: El Padrino y secuelas.
La lista de imprescindibles debería incluir dos de Francesco Rosi, Salvatore Giuliano (1961) y Lucky Luciano (1973).
Y la rareza de El Mafioso (1962) de Alberto Lattuada, con Alberto Sordi, la rigurosa Cien días para un crimen (1984) con Lino Ventura y Los reyes de la Mafia (1997) de Bill Duke con el extraordinario Tim Roth como Dutch Schultz.
Y un aporte de la televisión que, como la Mafia misma, todavía sigue dando que hablar: desde una ciudad gris de Nueva Jersey, con sonidos de rap y negociados de basura y prostitución, Los Sopranos es tan contundente como un pico de hielo clavado en la nuca..."
Imagen: Los Soprano.
"...OTRAS FUENTE SOBRE EL TEMA
Libros
Historia de la mafia. Giuseppe Carlo Marino, Ediciones B.
La mafia se sienta a la mesa. Jacques Kermoal y Martine Bartolomei, Ed. Tusquets.
¿Qué es la mafia? Gaetano Mosca, Fondo de Cultura Económica.
Historias de la mafia en la Argentina. O. Aguirre, Ed. Aguilar.
El fin de la inocencia. José M. Simonetti, Ed. Univ. Nac. de Quilmes.
El padrino. M. Puzo, Ediciones B..."
Tomado de: Revista Ñ, Clarín.
"...TRANSFORMACIONES
La mafia del tercer milenio
El crimen organizado se adaptó a la globalización. Con el narcotráfico pegó el salto, cambió de hábitos y de cultura. Hoy comercia con basura, arte, misiles, personas. Siempre cerca de los paraísos fiscales.
El ataúd del "padrino" John Gotti es de bronce macizo. Y brilla aun bajo tierra.
La muerte del don mayor de Nueva York, en junio de 2002, hizo creer a las "familias" de la mafia y a quienes los combaten, que el cáncer que había destruido a este hijo de napolitanos también había carcomido las estructuras del crimen organizado en todo el mundo. Pero el resplandor del bronce de Gotti es tan solo una muestra de que la mafia sólo cambió de traje, mutó, actualizó su estilo y sus conductas públicas y privadas, y abrió paso a una nueva cultura mafiosa.
"No obstante la intensa lucha por parte de los estados, entre ellos el italiano, en los 90, la mafia ha tenido la capacidad de replegarse, ir a la cama y levantarse como una mafia globalizada", dice por telefóno Angelo Sindoni, director del departamento de Historia y Ciencias Sociales de la universidad de Messina, Sicilia, y autor de trabajos sobre la mafia.
Ya nada es lo que era. La foto del personaje Vito Corleone, Marlon Brando en la extraordinaria película El Padrino, es sencillamente vieja. La mafia de hoy se identifica más con la de su hijo Michael (Al Pacino), en la tercera parte de la saga que dirigió Francis Ford Coppola, cuando dice que no quiere matones sino abogados. La imagen del capo (jefe) manejando sus negocios con la lupara (escopeta de caño recortado) y chantaje ya es pasado, como también lo es el papel de la mujer que sólo preparaba los
spaghetti para la mesa de los mafiosos. La mafia napolitana, por ejemplo, fue conducida por lady Camorra, María Licciardi, hasta 2001, cuando fue arrestada.
Las mafias de ayer traficaban, y trafican, armas cortas y largas, drogas, autos, cigarrillos y lucraban, y lucran, con la prostitución y el juego. Pero el tercer milenio les dio facilidades para vender hasta misiles obtenidos en liquidación de las ruinas del imperio soviético. También abrieron rutas para el tráfico humano desde Africa, Asia y Latinoamérica hacia Europa, Estados Unidos, Australia y Japón. Se transformaron en "especialistas del mundo de la basura", manejan el mercado negro de obras de arte, de animales en extinción, están insertados en la industria de la construcción en Italia y EE.UU. en relación a obras ilegales y realizan secuestros en todo el planeta. El multirubro se completa con su actividad en las bolsas de valores y en los paraísos fiscales donde lavan dinero.
La mafia entendió perfectamente los secretos que encerraba la globalización. Se anticipó a sus efectos y lo hizo mejor que cualquier multinacional para lograr un saldo positivo. "La globalización es la mafia", reafirma Gianni Vattimo, de la Universidad de Torino y diputado del Parlamento europeo. "El fenómeno mafioso es una síntesis de innovación y continuidad en la tradición. Se transforma adaptándose a las evoluciones de la sociedad en la que actúa, pero permanece fiel a algunos valores que le son propios", dicen los juristas italianos Gian Carlo Caselli y Antonio Ingroia en el prólogo del ¿Qué es la mafia? de Gaetano Mosca.
La globalización y el rumbo de la historia trajeron diversificación de los negocios y distribución de tareas. La caída de la URSS y la apertura de la economía del ex bloque socialista hacia el capitalismo abrió el juego para que nuevas organizaciones criminales aparecieran violentamente. Actualmente las mafias italianas y norteamericanas compiten de igual a igual con las surgidas en Europa del Este, además de la nigeriana, la colombiana, y la yakuza japonesa que se dio una nueva estética: sus miembros usan tatuajes como emblema.
Para Sindoni hubo un elemento clave para que la mafia creciera y se adaptara: "La droga provocó un salto cualitativo porque el tráfico unió las dos puntas del océano: Sicilia con EE.UU. y Colombia básicamente. Esta capacidad expansiva de la mafia la hizo volverse todavía más difícil de combatir". Así, la mafia colombiana, que produce drogas, necesita a otra en Europa, por ejemplo, para que la distribuya.
En Italia, uno de los negocios florecientes se relaciona con la tierra y el procesamiento de la basura. Unos 160 clanes mafiosos manejan negocios ilegales que rinden unos 20 mil millones de dólares anuales con las descargas de basura, con los terrenos agrícolas que carecen de autorización para la explotación económica y con lotes en los que está prohibido construir. Como en Italia el espacio es escaso, para descargar la basura, la mafia incendia bosques y praderas para luego maniobrar sobre las concesiones de descargas. En Nápoles, los camiones de la Camorra han descargado dioxina, un poderoso veneno residuo de las industrias químicas que provoca envenenamiento de la leche. Y además construyen obras en lugares prohibidos que luego legalizan con su poder de influencia.
"Los mafiosos están recomponiendo su organización y relanzando sus contactos con la sociedad y las instituciones", sostiene Umberto Santino, autor de Storia del movimento antimafia y fundador del Centro Siciliano di Documentazione "Giuseppe Impastato", una institución antimafiosa dedicada al estudio de la mafia. Santino agrega: "cuando hablamos de mafia no debemos pensar sólo en los criminales clásicos, sino también en las relaciones externas con profesionales, administradores y políticos, lo que llamamos la burguesía mafiosa, y también con los sectores populares inmiscuidos en actividades legales e ilegales".
Buenos muchachos
La mafia como organización nació en el siglo XVIII en Sicilia. Surgió como modo de resistencia frente al abuso y explotación a los que los sicilianos eran sometidos por otros italianos. Para rechazar a los agresores, los sicilianos forjaron una organización secreta que se basaba sobre los pilares de la violencia y la lealtad. Dos características que iba a adoptar la mafia. Estas barricadas fueron tomando rasgos de criminalidad cuando se iban formando clanes familiares que defendían territorios y negocios con el chantaje como modo de generar ganancias. La costumbre se extendió y a lo largo del siglo XX en distintas regiones de Italia la mafia echó raíces. A la Cosa Nostra siciliana se le sumó la N''dranghetta, en Calabria; la Camorra, en Nápoles; la Sacra Corona Unita pugliese en la Puglia. Cada grupo en su región comenzó a gobernar como "un estado dentro del Estado", se hizo amo y señor de tierras y gobiernos. A lo largo del siglo XX desarrollaron los más ingeniosos negocios donde la sangre podía correr como el vino chianti. Su fortaleza hizo que tanto fascistas, entre 1920 y 1940, como el ejército de ocupación estadounidense, cuando finalizó la Segunda Guerra mundial, tuvieran que negociar con ellos y aceptar la fuerza de sus lazos invisibles.
A fines del siglo XIX y principios del XX hubo corrientes migratorias italianas que desembarcaron en América, especialmente en EE.UU. y en la Argentina. Los contingentes sicilianos y napolitanos pugnaban por un lugar en l''America. Algunos sicilianos recrearon rápidamente las características de la Cosa Nostra en el escenario neoyorkino con facilidad y armaron una red de negocios y crímenes que descolocaba a una fuerza policial todavía virgen en el trato con estas actividades. Pero la Cosa Nostra tenía cómo construirse a sí misma. "En Nueva York la mafia se desarrolló porque ya existía una base, el gangsterismo irlandés", dice el siciliano Sindoni. Esta visión se encuentra presente en la película Pandillas de Nueva York, de Martin Scorsese, en la que irlandeses y nativos se disputan el control de la ciudad poco antes de la Guerra de Secesión. Además, con un capitalismo en franco crecimiento, los negocios y las posibilidades de ganar dinero eran muchas. "En EE.UU. los mafiosos pequeños fueron a la universidad del crimen", resume Sindoni. Al Capone, Lucky Luciano, Carmine Galante, Paul Castellano y el mismísimo John Gotti fueron las cabezas más conocidas de la Cosa Nostra norteamericana.
Una parte de esa inmigración siciliana llegó a la Argentina y sin embargo, no se dedicó a los negocios sucios. Sí hubo capítulos escritos por mafiosos que intentaron reproducir los esquemas de la Cosa Nostra y que sólo lo lograron temporalmente en La Boca y en Rosario. Pero el temor de la población local a las actividades de personajes como "Chicho grande" y "Chicho chico", entre otros, bastó para que las acusaciones se generalizaran contra los inmigrantes sicilianos. "La mafia era un fenómeno marginal dentro del ambiente de los inmigrantes, pero llegó a ocupar en poco tiempo un lugar central en la consideración pública. La creciente espectacularidad de sus acciones y su repercusión en la prensa y la opinión social redundó desde temprano en una notoria estigmatización de la colectividad que la albergaba", señala Osvaldo Aguirre en Historias de la mafia en la Argentina.
Durante las últimas décadas del siglo XX en la Argentina, se vivieron situaciones de estafas, violencia y chantaje similares con lo que se conoce como mafia. Para José María Simonetti, sociólogo e investigador de la Universidad de Quilmes, se puede hablar de mafias cuando el crimen establece una alianza con el poder político y/o el económico. El crimen de José Luis Cabezas, la llamada "mafia del oro", el tráfico de armas a Croacia y Ecuador, actitudes monopólicas que se le atribuían a Alfredo Yabrán, son ejemplos de la confabulación criminal. "El núcleo del crimen organizado es una burguesía mafiosa: se buscan ventajas económicas desde el monopolio. Por este motivo se realizan negocios combinados con política. La mafia actúa cuando supone la ausencia del Estado, entonces aparecen estos grupos que realizan una forma rentística de la economía, una renta de la ilegalidad". En la Argentina no se desarrolló la Cosa Nostra, pero la actitud mafiosa parece presente en muchos de los negocios ilícitos protagonizados por quienes coquetean con el poder.
El ex primer ministro italiano Giulio Andreotti, muchas veces vinculado a la mafia, solía decir: "el poder obnubila a quien no lo tiene".
Los socios del silencio
En los 70, 80 y principios de los 90, parecía que la mafia italiana estaba doblegando al Estado en el dominio de sus negocios y territorios. Bajo el mando de Totò Riina, la mafia siciliana cogobernaba a sangre y fuego. Los espectaculares atentados contra el general Carlos Alberto Dalla Chiesa y los jueces Giovanni Falcone y Paolo Borsellino en 1992 en Palermo, Sicilia, fueron los detonantes para que la justicia italiana actuara y encerrara a centenares de mafiosos. Ambos jueces ya habían enviado a la cárcel a 467 capi (jefes) y picciotti (empleados) gracias al quebrantamiento de la omertà (la regla del silencio, la del "no delatarás" entre los mafiosos de origen italiano). El testimonio de unos cuantos integrantes de los clanes mafiosos logró quebrar las estructuras de la organización. Tomasso Buscetta fue el arrepentido más conocido. "Antes de la colaboración de Buscetta, ninguna investigación de policía judicial había logrado aclararnos la lógica interna, la organización de la cúpula y la vida de la mafia", afirmó el subsecretario de Justicia, Giuseppe Ayala, fiscal de Palermo en los procesos contra la Cosa Nostra. Pero, como la mafia golpea "allí donde más duele", entonces llegó la vendetta (venganza). Los ex socios de Buscetta asesinaron a 33 de sus familiares, entre ellos a su esposa y dos hijos. El arrepentido falleció de cáncer en 2000, en algún lugar de EE.UU., protegido por agentes federales.
Los noventa y el cambio de siglo fueron los momentos de transformación, de cambios de actitudes y de vuelta al plano de la discreción. "Después de esto, los mafiosos recibieron fuertes golpes y entendieron que no debían matar más a hombres de las instituciones. Podemos decir que la mafia en los últimos años trabaja con mayor secreto, reclutando gente con más rigor y concentrando la dirección en manos de pocos", dice Santino.
Las redes invisibles de la lealtad y la informática tornaron más complicadas sus estructuras hacia el afuera. Sus actividades quedaron nuevamente ocultas y se multiplicaron. Es realmente sugestivo que a la cabeza de la Cosa Nostra siciliana se encuentre Bernardo Provenzano, un personaje prófugo desde hace más de 40 años en Italia y que vio despejado el campo de acción con el arresto de Riina. Nadie conoce su rostro actual, pero todos saben quién maneja los hilos de los negocios mafiosos al sur del país. Es el ícono de la continuidad y transformación el que permanente.
Si existe un gobierno mundial manejado por las multinacionales, los bancos y los mercados, en las sombras hay otro gobierno con un poder similar. El crimen organizado, las mafias tradicionales, las nuevas, las del narcotráfico, no gobiernan, pero ejercen su voluntad desde la luminosidad de una pantalla de computadora o sentados cerca de los centros de decisión. Y a veces ambas instancias de poder se confunden. Los negocios que
John Gotti manejaba en Nueva York siguen su curso. Su familia o algunos de los cientos de clanes mafiosos globalizados los continúan por el camino ilícito. Gotti desde su ataúd dorado, y Provenzano, desde su larga vida de fugitivo, siguen practicando un estilo de hacer negocios siempre acorde con pautas de la época..."
"...ME PARECE
Los titiriteros del poder en Italia
GIANNI VATTIMO . FILOSOFO Y EURODIPUTADO
No obstante la lucha permanente en su contra, la mafia aún está viva. La mafia tomó la dirección de la corrupción común, la que florece incluso en países que no tienen una tradición mafiosa (pero estos países, ¿existen?). Además, la fuerza específica de la mafia ha sido la de ser un estado dentro del Estado, un segundo poder organizado. Y entonces, tal vez, dura tanto porque hay una natural alianza de fuerzas que tiende a controlar el Estado sin legitimización constitucional y democrática.
Yo no olvidaría que la mafia es desde hace mucho tiempo un hecho supranacional: el desembarco de las tropas aliadas en Sicilia fue apoyado por la mafia ítalo norteamericana. Después conservó y desarrolló su poder de condicionar la actividad de los gobiernos italianos hasta hoy. Los lazos de Berlusconi con ambientes y personajes claramente mafiosos no son una invención de los jueces de izquierda. Mientras tanto Berlusconi, con una mayoría desbordante, incluso en Sicilia, se transformó en el amo del Estado. El ex jefe de la P2, Licio Gelli, ha dicho que todos los hombres políticos en Italia son chantajeables. Y Gelli es alguien que de esto entiende: la P2 ha estado muy cerca de la mafia.
La mafia es un poder "global" desde mucho antes que lo fuera el poder capital de las multinacionales. Por ejemplo, ¿Cómo es posible que Berlusconi, quien dice odiar a los comunistas, se haya vuelto tan amigo de Putin, un exponente de la vieja KGB? Creo que solamente los lazos comunes con la mafia internacional pueden explicar un hecho como éste. En el fondo, es siempre la historia del desembarco norteamericano en Sicilia: el poder necesita "mediadores", de estructuras, como la P2 y cierta masonería. La globalización —al menos en los peores aspectos— es la mafia..."
"...GLOSARIO
Todas las mafias, todos los negocios
- ALBANESA
El poder de la mafia albanesa aumentó notablemente en los últimos años en Europa. Se instaló en Italia con intereses similares a los de la Camorra. Tendrían acuerdos con los carteles de la droga colombianos.
- RUMANA
Trafica autos robados y autopartes en Europa y se dedica al lavado de dinero y a la venta de heroína.
- MAGREBI
Se dedican al tráfico de personas y arman organizaciones con fachada de asistencia social para traer gente desde el Africa árabe. Están conectados con la N''drangheta calabresa.
- NIGERIANA
Tienen una extraña organización horizontal, no piramidal. Son los más importantes traficantes de droga en Europa.
- RUSA
Hay diversos grupos operando en Europa y EE.UU., como por ejemplo la brigada Solntsevkaj y la Izmilovskaya. Trafican drogas sintéticas, falsifican documentos y lavan dinero.
- MONTENEGRINA
Contrabandean cigarrillos con la Camorra y heroína con la Sacra Corona Unita pugliese.
- CHINA
Trafican drogas, extorsionan comerciantes, explotan trabajadores y traen inmigración clandestina a Europa y EE.UU..
- JAPONESA
Conocida como la Yakuza, se dedican a las apuestas ilegales, el tráfico de drogas sintéticas y la prostitución. Son 24 clanes en los que operan 24.000 delincuentes. Trabajan en EE.UU. y usan a Hawai como trampolín hacia Occidente..."
"...UN TEMA CULTURAL
De la lluvia de balas a un fondo musical rapero
Sistemazione se le llama en Italia al ejercicio de la corrupción y en Sicilia es practicada con entusiasmo masivo, tan masivo que finalmente unos se neutralizan a otros.
Esa forma de vivir es como un sinónimo de L''Honorata Società, Gli amici degli amici o, más precisamente, La Mafia, vehículo para códigos que pocos narraron tan bien como el novelista Leonardo Sciascia y que, en la ensayística, alcanza la categoría de obra de arte en sendos capítulos de Los italianos y De César a la Mafia, del gran pensador Luigi Barzini.
El cine, a ambos lados del océano Atlántico, le dedicó infinidad de títulos, ya desde 1912 con Las aventuras del teniente Petrosino, el martirio verdadero de un policía napolitano enviado desde Estados Unidos para conseguir datos de los mafiusi. Que a poco lo asesinaron.
Aquella obra pionera, con las limitaciones que le marcaba su época indicaba, sin embargo, ciertas claves comunes a lo mejor de la producción sobre el tema: un sabor de autenticidad, la presunción de muerte, el olor a crimen organizado. Y quizás una sensación de fracaso por la capacidad de este monstruo de mil cabezas que revive una y otra vez.
Benito Mussolini creyó haber acabado con la Mafia cuando envió a Sicilia al prefecto Cesare Mori, quien pasó por encima de la Ley, interrogó y torturó. Los uomini rispetatti se metieron bajo tierra y en la década siguiente reaparecieron colaborando con el vencedor Ejército norteamericano. Es lo que cuenta Il Prefetto di Ferro (1977), con Giuliano Gemma como Mori.
La saga de ficción más lograda del cine es tan famosa que basta con tan solo mencionarla: El Padrino y secuelas.
La lista de imprescindibles debería incluir dos de Francesco Rosi, Salvatore Giuliano (1961) y Lucky Luciano (1973).
Y la rareza de El Mafioso (1962) de Alberto Lattuada, con Alberto Sordi, la rigurosa Cien días para un crimen (1984) con Lino Ventura y Los reyes de la Mafia (1997) de Bill Duke con el extraordinario Tim Roth como Dutch Schultz.
Y un aporte de la televisión que, como la Mafia misma, todavía sigue dando que hablar: desde una ciudad gris de Nueva Jersey, con sonidos de rap y negociados de basura y prostitución, Los Sopranos es tan contundente como un pico de hielo clavado en la nuca..."
Imagen: Los Soprano.
"...OTRAS FUENTE SOBRE EL TEMA
Libros
Historia de la mafia. Giuseppe Carlo Marino, Ediciones B.
La mafia se sienta a la mesa. Jacques Kermoal y Martine Bartolomei, Ed. Tusquets.
¿Qué es la mafia? Gaetano Mosca, Fondo de Cultura Económica.
Historias de la mafia en la Argentina. O. Aguirre, Ed. Aguilar.
El fin de la inocencia. José M. Simonetti, Ed. Univ. Nac. de Quilmes.
El padrino. M. Puzo, Ediciones B..."
Tomado de: Revista Ñ, Clarín.
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