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Misterio e intriga de principio a fin... curiosidades, hechos bizarros e increibles, lo "paranormal": todo lo diferente a la cotidianeidad tiene lugar en esta bitacora de fenomenos e interrogantes de dificil respuesta... porque ¡aún no hemos perdido la capacidad de asombro!

domingo, febrero 22, 2004

Cada cierto tiempo el mundo de las Bellas Artes nos sorprende con la aparición de obras desconocidas de grandes maestro. En esta ocasión, como en la famosa "Carta Robada" de Poe, el secreto era tal porque siempre estuvo a la vista.

"...HALLAZGO DE UN EXPERTO DE LOS MUSEOS VATICANOS

Descubrieron que dos esculturas de la Capilla Sixtina son de Miguel Angel

Se trata de un candelabro y un capitel de la balaustrada que separa a la zona litúrgica. Están en el extremo derecho, con la escena del Juicio Universal de Miguel Angel en el frente.

Julio Algañaraz. ROMA. CORRESPONSAL.
jalganaraz@clarin.com

Miguel Angel realizó dos esculturas de mármol en la Capilla Sixtina —un candelabro y un capitel—, que después de casi cinco siglos han sido descubiertos por un experto de los Museos Vaticanos. Este verdadero acontecimiento para la historia del arte mundial fue revelado ayer por el diario romano La Repubblica. Una sorpresa singular porque las dos obras estuvieron siempre a la vista de todos, de millones de personas que visitan el lugar y que no advirtieron nunca que tenían delante de sus ojos a un Michelangelo secreto.

Orazio La Rocca, vaticanista de La Repubblica, entrevistó al director de Arte Bizantino de los Museos Vaticanos, el profesor Arnold Nesselrath (52), que tras largos estudios que han durado años llegó a la conclusión definitiva que el candelabro o Portacirios y el capitel que está debajo fueron esculpidos por Michelangelo Buonarroti mientras pintaba los célebres frescos de la bóveda de la Capilla Sixtina, entre 1508 y 1512.

Convertido en un verdadero experto del arte, el profesor Nesselrath estudió las esculturas que están sobre la verja de mármol y hierro que divide en la Capilla Sixtina el sector del público de la zona litúrgica, donde celebra misa el Papa y donde tienen lugar los Cónclaves de cardenales que eligen a los pontífices.

Se trata de ocho grupos de decoraciones y podría deducirse que Miguel Angel esculpió el primero para que sus alumnos y los artesanos de la "Fábrica de San Pedro", que existe hasta hoy, copiaran los otros siete. Mirando de frente la pared del Juicio Universal, que Miguel Angel pintó muchos años después que los frescos de la bóveda, el candelabro y el capitel esculpidos por el genial renacentista están sobre la verja en el pilar marmóreo de la extrema derecha.

Hasta mediados del 1500, la verja se encontraba en el centro de la Capilla Sixtina, pero tras las restauraciones para alargarla se la corrió hacia un costado para dar más espacio al área litúrgica.

El profesor Nasselrath hizo muchos estudios comparados de las obras de Michelangelo y encontró la clave en dos estatuas pequeñas que el artista florentino esculpió cuando era joven para el altar Piccolomini del Duomo (catedral) de Siena.

El 18 de marzo próximo, Nasselrath presentará un libro sobre las restauraciones realizadas por los expertos de los Museos Vaticanos, dirigidos por el maestro Maurizio De Luca, de las obras del 1400 que se encuentran en las paredes de la Capilla Sixtina, entre ellas de Botticelli, el Ghirlandaio y el Perugino.

En el libro, toda una parte está dedicada al descubrimiento de que las obras marmóreas son de la mano de Miguel Angel. Los expertos vaticanos están convencidos de la bondad de la revelación del profesor alemán y entusiasmados con el enriquecimiento artístico de la Capilla Sixtina gracias a estas dos esculturas.

Orazio La Rocca, de La Repubblica explica en la edición de ayer que "desde el punto de vista estético, tanto el candelabro como el capitel presentan elementos decorativos típicos de la escultura clásica romana que tanto amaba Michelangelo Buonarroti. En ambas esculturas hay objetos florales y decoraciones de inspiración mitológica. Son muy característicos los dos delfines que hacen de soporte al capitel".

En cada elemento, y ésta es la tesis fundamental del libro del profesor Nasselrath, se transparenta "una evidente afinidad estilística con otras esculturas de Miguel Angel".

El director de Arte Bizantino de los Museos Vaticanos sostiene estar complemente seguro de la atribución porque "son muchos los elementos que concurren a demostrar que esas dos obras decorativas son de la mano de Miguel Angel". Son íntimas "las afinidades estilíticas con otras obras juveniles del florentino", sobre todo con las dos estatuas del altar de la catedral de Siena.

Con orgullo, el profesor Nasselrath hace otra revelación: su descubrimiento cuenta con el apoyo de Michael Hirst, el más grande experto viviente de arte de Miguel Angel. "Hemos confrontado largamente nuestros estudios y opiniones y Hirst está firmemente convencido de que las dos esculturas menores de la Capilla Sixtina fueron hechas por Miguel Angel, en particular al hacer un examen comparado con las estatuas que esculpió para el altar Piccolomini, que Andrea Bregna realizó para la catedral de Siena".


AUTOR DE OBRAS MAESTRAS DEL RENACIMIENTO


Genio indiscutido de la historia del arte

Más que mortal, divino", escribió Ludovido Ariosto, el gran poeta del Renacimiento italiano, de su admirado Michelangelo Buonarroti. Miguel Angel está considerado uno de los mayores creadores de toda la historia del arte.

Escultor, pintor y arquitecto incomparable, pequeño de estatura, barbudo y cascarrabias, había nacido en el pequeño pueblo toscano de Caprese el 6 de marzo de 1475 y murió en Roma en 1564. Pero Miguel Angel amó toda su larga vida a Florencia, la capital del Renacimiento, donde vivió una juventud feliz amparado por la todopoderosa familia Medici y el gran mecenas Lorenzo el Magnífico.

Allí desarrolló su talento, pero muy joven entre 1498 y 1500 hizo en Roma su primera obra maestra inmortal. Convocado por el papa Julio II Rovere, esculpió para la basílica de San Pedro La piedad, única obra que firmó. No sólo es de una dulce belleza extraordinaria la Virgen joven que tiene en su regazo al Cristo muerto, sino que el estilo y las técnicas significaron nuevos criterios de arte monumental del Renacimiento.

Después de realizar en Florencia entre 1501 y 1504 su escultura más famosa, el David, regresó a Roma donde demostró su talento extraordinario como pintor. Otra vez por encargo de Julio II, entre 1508 y 1512 pintó la bóveda de la Capilla Sixtina, una de las obras más geniales de la historia de la pintura. Muchos años después la completó pintando El Juicio Universal.

Antes había emprendido otros trabajos como la Tumba de los Medicis en Florencia y esculpió parte de la tumba de Julio II, que incluye otra de sus obras maestras: el Moisés. Radicado en Roma, se desarrolló como arquitecto. Rediseñó la plaza del Capitolio y proyectó obras en la basílica de San Pedro, como la cúpula, un paradigma para el mundo occidental.


La bóveda de la capilla más famosa del mundo

Es la capilla más famosa del mundo porque allí los Cónclaves eligen a los papas y por los tesoros artísticos incomparables que tiene entre sus muros, que ligaron estrechamente el nombre de la Capilla Sixtina con el de Miguel Angel. El papa Sixto IV (de allí su nombre) la mandó construir en 1477 y los trabajos concluyeron en apenas tres años. Sus medidas de 20,70 metros de alto, por 40,23 metros de largo y 13,41 metros de ancho no son casuales: Sixto IV quería que tuviera exactamente las medidas del Templo de Salomón. Y así fue.

En las paredes de la capilla trabajaron los más prestigiosos artistas del Renacimiento, desde Miguel Angel a Rafael, de Botticelli a Perugino y otros.

La bóveda, el techo interior, estaba pintada como un cielo estrellado. Julio II Rovere, pariente de Sixto IV, quería decorarla con pinturas que evocaran la mayor gloria de Dios y de Cristo. Convocó al joven Michelangelo Buonarroti, con quien mantuvo una relación personal de afecto pero a la vez tempestuosa. Julio II es recordado también como "el Papa guerrero" y se peleaba con Miguel Angel azuzándolo para que terminara su trabajo.

Cuatro años tardó el genio florentino en pintar la bóveda con el tema central de la Creación del mundo, basado en los relatos de los nueve libros de la Génesis bíblica. Miguel Angel concibió una obra majestuosa con dibujos y cartones. Después pintó en condiciones físicas tremendas, tirado de espaldas a varios metros de altura en los andamios, escupiendo la pintura que le caía en la cara. En las lunetas y en los ángulos pintó a los profetas, a las Sibilas y los antepasados de Cristo. Concluyó en 1512.

Veinticuatro años después, el papa Clemente VII le comisionó para la pared detrás del altar otra obra. Miguel Angel realizó El Juicio Universal, en la que Cristo árbitro es la figura central. El tema está desarrollado con casi 400 figuras, y el resultado está a la altura de las pinturas de la bóveda..."

Tomado de: Clarín.
 
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