Esta reseña solo podremos hacerla cada cuatro años... y es nuestra primera ocasión para efectuarla en internet.
"...Febrero, con un día extra
Ventajas y desventajas de un bisiesto
El día de los ñoquis llega con sus antiguas leyendas e historias de confusiones
La fecha no es poca cosa para el calendario, mucho menos en nombres y hechos
Por ejemplo, fue un 29 de febrero cuando la piedra movediza estremeció a Tandil
Este 2004 tendrá doce meses de ñoquis. Sí, hoy los gordos podrán pedir el plato y cumplir con la tradición nacida en el norte de Italia en lo que fuera un humilde homenaje a San Pantaleón.
Sí, porque hoy es 29 de febrero, entonces, el plato también se volverá bisiesto y nadie vivirá con culpa la gula ni la glotonería. Es más, muchos se sentirán con más derechos porque volverán a tener su día de cumpleaños. Serán aquellos que viven con la dicha, o la desdicha, de haber nacido en una fecha que desaparece durante tres años.
"Nunca supe bien qué hacer: a la gente que me saludaba el 28 les tenía que decir que aún mi cumpleaños no había llegado y a los que me felicitaban el primero les decía que ya había pasado. Es como que siempre viví desactualizado", comentaba hace unos años un confundido cuarentón: Reginaldo Montes.
El hombre de la confusión, en realidad lo que lograba era confundir a todos sus interlocutores, contando historias de astronomía y de la edad que tenía.
Finalmente nadie le entendía, los años pasaban, él nunca cumplía y en ese enredo se sacaba varios años más de los que tenía.
En 1542
La historia nos cuenta que el año bisiesto se acordó en 1542 por el papa Gregorio XIII y por eso a nuestro calendario se lo llama Gregoriano. Hace unos años, el lector Juan Manuel Melian explicaba en una carta a LA NACION: "La duración de un año es de 365 días, seis horas y ocho minutos. Si sumamos el excedente de 365 días, nos quedan seis horas y ocho minutos; si multiplicamos seis por cuatro nos da un día cada cuatro años, que se agrega al mes de febrero, que corrientemente es de 28 días. La diferencia de ocho minutos que restan de cada año se compensan al final de cada siglo. Si el siglo cayera en bisiesto...." Y así seguía. Y eso es lo que don Reginaldo Montes nos decía y nadie entendía. Más bien su relato no era otra cosa que una verdadera comedia de enredos y situaciones. Todo un vodeville.
"Año bisiesto, ni viña, ni huerto" supersticiaban los españoles y así el mundo se fue llenando de historias y leyendas de personajes nacidos en el día del ñoqui que iba y venía.
Por ejemplo, que en 1904 nació en Alemania un hombre que se caracterizó por tener un nombre cristiano por cada letra del alfabeto: Adolph Blaine Charles David Earl Frederick Gerald Hubert Irvin John Kenneth Lloyd Martín Nero Oliver Paul Quincy Randolph Sherman Thomas Uncas Víctor William Xerxes Yancy Zeus Wolfeschlegelksteinhausenber.
Pero los 29 nos dieron aún muchos más nombres y hechos. Por ejemplo el nacimiento del papa Paulo III (1468) o del compositor Gioachino Rossini (1792). Pero pasaron más cosas que platos de ñoquis.
En Tandil
Era un año bisiesto aquel de 1912 cuando los espléndidos y serranos campos de Tandil se estremecieron. Porque fue ese 29 de febrero cuando la piedra movediza de 434 toneladas de granito dejó de hacer equilibro en un punto para dejar temblando a todo un pueblo y un mito. Otro dicho: "Año bisiesto, año siniestro".
Y hubo más y con mayor fortuna, por ejemplo, cuando en 1940, un día como hoy "Lo que el viento se llevó" se quedó con ocho Oscar de la Academia. Ocho también fueron los premios Grammmy que cosechó el extraño Michael Jackson en 1984.
Cuando comenzó la añorada década de los 60 se abrió en Chicago, en donde si no, el primer Playboy Club. Y en 1996, apenas hace dos años atrás para los que hacen trampa con su nacimiento, Rusia lanzaba al espacio la Soyuz TM-23.
Muchos, sin embargo, más allá de la quita de los años, se quejan por los regalos. "¡Claro, como nunca cumplo años nadie me regala nada!", dramatizaba Montes en aquellas viejas charlas de enredos y confusiones.
Sin embargo son mayoría los favorecidos. Por ejemplo, a todo chico irlandés que nazca a partir de hoy se le regalarán 100 euros. ¿Y por qué a ellos? Bueno, ocurre que el gobierno irlandés considera que los nacidos en años bisiestos son sumamente especiales. Así lo aseguró la ministra de Asuntos sociales Mary Coughlan. "¡Mejor que pan, 100 euros bajo el brazo!", se hubiese contentado Montes, pero a Reginaldo los años ya le quedaron lejos, como sus confusos consejos.
Otro dato: desde que se instituyó el Gordo de Navidad, en 1893, hubo hasta hoy 29 números que nunca salieron y, precisamente, entre ellos, el 29.
Pero el azar les volverá a jugar una mala pasada a los cumpleañeros de cada cuatro años. porque ni siquiera podrán apostarse a su día, porque hoy es domingo y no hay quiniela para que llegue San Pedro (el 29 en el argot).
"¡Viste qué desgracia, yo sí que debo tener una piedra mucho más grande que la movediza de Tandil!", hubiera dicho Reginaldo.
"¡Y claro, si se cayó en la misma fecha en que naciste!", le hubieran contestado. "Dedicate a los ñoquis, no confundas más a nadie y comé callado."
Por Mariano Wullich
De la Redacción de LA NACION..."
"...Febrero, con un día extra
Ventajas y desventajas de un bisiesto
El día de los ñoquis llega con sus antiguas leyendas e historias de confusiones
La fecha no es poca cosa para el calendario, mucho menos en nombres y hechos
Por ejemplo, fue un 29 de febrero cuando la piedra movediza estremeció a Tandil
Este 2004 tendrá doce meses de ñoquis. Sí, hoy los gordos podrán pedir el plato y cumplir con la tradición nacida en el norte de Italia en lo que fuera un humilde homenaje a San Pantaleón.
Sí, porque hoy es 29 de febrero, entonces, el plato también se volverá bisiesto y nadie vivirá con culpa la gula ni la glotonería. Es más, muchos se sentirán con más derechos porque volverán a tener su día de cumpleaños. Serán aquellos que viven con la dicha, o la desdicha, de haber nacido en una fecha que desaparece durante tres años.
"Nunca supe bien qué hacer: a la gente que me saludaba el 28 les tenía que decir que aún mi cumpleaños no había llegado y a los que me felicitaban el primero les decía que ya había pasado. Es como que siempre viví desactualizado", comentaba hace unos años un confundido cuarentón: Reginaldo Montes.
El hombre de la confusión, en realidad lo que lograba era confundir a todos sus interlocutores, contando historias de astronomía y de la edad que tenía.
Finalmente nadie le entendía, los años pasaban, él nunca cumplía y en ese enredo se sacaba varios años más de los que tenía.
En 1542
La historia nos cuenta que el año bisiesto se acordó en 1542 por el papa Gregorio XIII y por eso a nuestro calendario se lo llama Gregoriano. Hace unos años, el lector Juan Manuel Melian explicaba en una carta a LA NACION: "La duración de un año es de 365 días, seis horas y ocho minutos. Si sumamos el excedente de 365 días, nos quedan seis horas y ocho minutos; si multiplicamos seis por cuatro nos da un día cada cuatro años, que se agrega al mes de febrero, que corrientemente es de 28 días. La diferencia de ocho minutos que restan de cada año se compensan al final de cada siglo. Si el siglo cayera en bisiesto...." Y así seguía. Y eso es lo que don Reginaldo Montes nos decía y nadie entendía. Más bien su relato no era otra cosa que una verdadera comedia de enredos y situaciones. Todo un vodeville.
"Año bisiesto, ni viña, ni huerto" supersticiaban los españoles y así el mundo se fue llenando de historias y leyendas de personajes nacidos en el día del ñoqui que iba y venía.
Por ejemplo, que en 1904 nació en Alemania un hombre que se caracterizó por tener un nombre cristiano por cada letra del alfabeto: Adolph Blaine Charles David Earl Frederick Gerald Hubert Irvin John Kenneth Lloyd Martín Nero Oliver Paul Quincy Randolph Sherman Thomas Uncas Víctor William Xerxes Yancy Zeus Wolfeschlegelksteinhausenber.
Pero los 29 nos dieron aún muchos más nombres y hechos. Por ejemplo el nacimiento del papa Paulo III (1468) o del compositor Gioachino Rossini (1792). Pero pasaron más cosas que platos de ñoquis.
En Tandil
Era un año bisiesto aquel de 1912 cuando los espléndidos y serranos campos de Tandil se estremecieron. Porque fue ese 29 de febrero cuando la piedra movediza de 434 toneladas de granito dejó de hacer equilibro en un punto para dejar temblando a todo un pueblo y un mito. Otro dicho: "Año bisiesto, año siniestro".
Y hubo más y con mayor fortuna, por ejemplo, cuando en 1940, un día como hoy "Lo que el viento se llevó" se quedó con ocho Oscar de la Academia. Ocho también fueron los premios Grammmy que cosechó el extraño Michael Jackson en 1984.
Cuando comenzó la añorada década de los 60 se abrió en Chicago, en donde si no, el primer Playboy Club. Y en 1996, apenas hace dos años atrás para los que hacen trampa con su nacimiento, Rusia lanzaba al espacio la Soyuz TM-23.
Muchos, sin embargo, más allá de la quita de los años, se quejan por los regalos. "¡Claro, como nunca cumplo años nadie me regala nada!", dramatizaba Montes en aquellas viejas charlas de enredos y confusiones.
Sin embargo son mayoría los favorecidos. Por ejemplo, a todo chico irlandés que nazca a partir de hoy se le regalarán 100 euros. ¿Y por qué a ellos? Bueno, ocurre que el gobierno irlandés considera que los nacidos en años bisiestos son sumamente especiales. Así lo aseguró la ministra de Asuntos sociales Mary Coughlan. "¡Mejor que pan, 100 euros bajo el brazo!", se hubiese contentado Montes, pero a Reginaldo los años ya le quedaron lejos, como sus confusos consejos.
Otro dato: desde que se instituyó el Gordo de Navidad, en 1893, hubo hasta hoy 29 números que nunca salieron y, precisamente, entre ellos, el 29.
Pero el azar les volverá a jugar una mala pasada a los cumpleañeros de cada cuatro años. porque ni siquiera podrán apostarse a su día, porque hoy es domingo y no hay quiniela para que llegue San Pedro (el 29 en el argot).
"¡Viste qué desgracia, yo sí que debo tener una piedra mucho más grande que la movediza de Tandil!", hubiera dicho Reginaldo.
"¡Y claro, si se cayó en la misma fecha en que naciste!", le hubieran contestado. "Dedicate a los ñoquis, no confundas más a nadie y comé callado."
Por Mariano Wullich
De la Redacción de LA NACION..."
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